Canarias ha dejado atrás un mes de mayo que, junto con los de 2003, 2005, 2012 y 2015, se encuentra entre los cinco meses más cálidos desde 1920, con temperaturas más propias del verano que en algunos puntos del archipiélago llegaron a rozar los 36 grados, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

El mes pasado, las temperaturas medias en la costa rondaron los 22-24 grados; en las medianías estuvieron entre 14-18 grados, y en zonas de montaña entre 6-14 grados, por lo que se vivió un ambiente veraniego.

El comportamiento térmico de mayo, en la misma línea que el de abril, resultó ser muy cálido (MC) en el 40% del territorio y extremadamente cálido (EC) en otro 40%; cálido (C) en el 15% y normal en el 5% restante.

La anomalía térmica ha sido, en promedio, de 1,3 grados, si bien en altitudes superiores a 2.000 metros llegó a superar los 3 grados. Así, la temperatura media de mayo del 2017 es la más alta en las estaciones meteorológicas de los aeropuertos de Gran Canaria (con datos desde 1951), La Palma (1970), Tenerife Sur (1981) y la segunda más alta en el observatorio de Santa Cruz de Tenerife (1920).

Durante todo el mes las temperaturas se situaron por encima de los valores normales, siendo especialmente anómalas en el episodio cálido que va del día 10 al 19. Entre el 15 y el 18 se registraron temperaturas propias de finales de julio o de principios de agosto, con máximas de más de 30 grados en altitudes comprendidas entre 0 y 1.000 metros de la vertiente sureste de Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y Tenerife. En Araya (Candelaria), a 525 metros de altitud, la máxima llegó a 35,8 grados el día 17.

Durante la noche, las mínimas no bajaron de 22-23 grados en Pájara, San Sebastián de La Gomera, El Matorral (San Bartolomé de Tirajana) y Agüimes, todas ellas entre 0 y 300 metros de altitud. Por su duración, es el segundo episodio cálido más largo en un mes de mayo desde 2011, detrás del de mayo de 2012, que encadenó doce días consecutivos de temperaturas anómalamente altas.

En el periodo comprendido entre 2011 y 2017, mayo es el mes del año que presenta un mayor porcentaje de días con temperaturas anómalamente altas: 25%. Le sigue octubre con un 18%. En la costa se han observado ocho noches tropicales, ocho veces el número esperado, un valor récord que comparte con mayo de 2012; en las medianías no se registró ninguna.

PRECIPITACIONES

Mayo ha sido normal, en líneas generales, aunque varía mucho por zonas. Las precipitaciones se concentraron en dos episodios. El del día 4 lo genera un frente frío muy debilitado que deja lluvias (4 mm) en el 50% de las estaciones, más copiosas en las medianías (20 mm). El segundo se produce el día 11.

También llueve en la mitad de las estaciones. Son lluvias poco copiosas (3 mm) provocadas por flujo del oeste en superficie y el paso de una vaguada en niveles superiores. En Lomo de Mena (Güímar), sin embargo, se registran durante varias horas de la noche lluvias copiosas de intensidad casi torrencial.

Las precipitaciones del año hidrológico tienen un déficit del 26% en Canarias, más acentuado en Tenerife, donde solo ha llovido el 61% de la cantidad esperada.

OTRAS VARIABLES.

La zona con más viento debería haber sido la costa sureste de Gran Canaria, pero allí ha soplado con solo el 80% de su fuerza. En Izaña, por el contrario, lo ha hecho con un 8% más, y es ahí donde el viento ha soplado, en promedio, con mayor velocidad (26 km/h).

También en Izaña se registró la racha máxima: 125 km/h, el día 9. En cuanto a la insolación, las estaciones de los aeropuertos de Tenerife Norte, Fuerteventura y Lanzarote presentan déficits del 25%, 10% y 2%, respectivamente.

En el resto hay un ligero superávit entre 2-10%. Como en el 77% de los meses de mayo, en éste de 2017 se observaron intrusiones de calima. Un total de dos, una el día 12, solo observada en zonas de montaña, que redujo la visibilidad hasta 500 metros, y otra durante los días 18 y 20 en Fuerteventura y Gran Canaria.