Los cuatro candidatos a dirigir Podemos en Canarias reiteraron ayer, en el segundo debate que les enfrenta en pocos días, buena parte de los argumentos esgrimidos la semana pasada en TVE-C. Esta vez en RadioClub Tenerife (cadena Ser), la actual portavoz parlamentaria, Noemí Santana, la diputada Concepción Monzón, el también diputado regional Juan Márquez y Eloy Cuadra se dividieron en dos frentes bastante marcados, pero coincidieron, en gran parte, en la necesidad de recuperar el aroma a proyecto auténtico, sin vicios de la vieja política, surgido desde las bases y realmente alternativo al orden establecido. Lo hicieron tanto, que 2014, el año de su gran irrupción en las Europeas, pareció casi del paleolítico, como si en estos años todo se hubiera oxidado o carcomido.
Como ocurrió en el plató televisivo el pasado jueves, Márquez y Cuadra coincidieron ayer en la necesidad de que el proyecto de Podemos no se cierre a otras formaciones y movimientos de izquierda, sociales y demás con los que comparten prácticamente el mismo diagnóstico político y la inmensa mayoría de propuestas.Así, reiteraron sus críticas a que formaciones como Síse Puede hayan sido censuradas por la dirección actual y, si bien comparten que no haya doble militancia en los cargos, no así a otras escalas.
Además, Márquez insistió en recuperar el verdadero sentido de los círculos y consejos, recalcando que nadie sobra en esta alternativa y que, “frente a la derecha de CC y PP”, la izquierda siempre vive divisiones que la debilitan. A su juicio, y aunque reconoce muchos logros y aciertos en estos tres años, la dirección actual también ha desenfocado algunos de los objetivos primarios de Podemos y ha distanciado a los cargos públicos de las bases.
Cuadra fue mucho más allá y se reivindicó como la única candidatura alejada de la pérdida de autenticidad que, a su juicio, se ha dado con los cargos electos u orgánicos.Asimismo, pidió autonomía frente a la dirección estatal y remarcó la importancia del federalismo, que, salvo en Márquez, no aprecia en Santana y Monzón.
La portavoz en la Cámara regional negó esta acusación y recordó las tesis vencedoras en Vistalegre II para resaltar que todo lo que se pretenda en el proyecto de Podemos debe ser ratificado por los inscritos en las redes para poder votar. Por supuesto, reiteró su apuesta por reimpulsar el movimiento que irrumpió con tanta fuerza en 2014 y, de hecho, fue la que más mencionó ese año. Antes de abordar las posibles alianzas, Santana considera que deben relanzar Podemos por lo que ha implicado desde el principio, algo totalmente incompatible con dobles militancias. También reivindicó la rebeldía y la diferenciación en el fondo y las formas como la mejor manera para contrarrestar las políticas de CC (y PP), que han hecho que un 35% de la población canaria viva en pésimas condiciones.
Al tratar de sustituir a Meri Pita en la secretaría general desde una plancha compartida, Monzón fue la que menos censuró la trayectoria de la dirección regional.De hecho, y un poco en la línea de Santana, cree que se ha logrado mucho con los círculos y el resto de estructuras, pero se opone a que haya coordinadoras insulares porque, a su juicio, Canarias necesita una visión autonómica fuerte. Para ello, pide partir desde los 88 municipios y se opone a que el proyecto quede difuminado por otras formaciones si no se entiende bien qué es confluir. Además, criticó con fuerza el sistema electoral canario como fórmula para perpetuar las estructuras de poder que favorecen a CC, si bien incluyó al PSOE como otra de las “muletillas”, junto al PP, de los nacionalistas.