La bonificación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones en un 99% en Canarias no ha repercutido en un descenso de las renunciar a aceptar herencias y, además, se ha traducido en una caída de la recaudación de casi el 45%. Las arcas de la Comunidad Autónoma se embolsaron algo más de 43 millones de euros en 2016 por este concepto, 34 millones menos que el ejercicio anterior, cuando se recaudaron 77.

Así consta en la respuesta facilitada por la Consejería de Hacienda del Gobierno regional al diputado del PSOE Gabriel Corujo, quien había presentado una pregunta por escrito en el Parlamento autonómico para conocer la evolución de estos ingresos en relación a 2015, año en el que el impuesto aún no estaba bonificado para los familiares en primer y segundo grado.

La bonificación del tributo para estos herederos -que en términos prácticos supone su eliminación- se reflejó en los presupuestos generales de la Comunidad Autónoma del año pasado tras plasmarse en el acuerdo de investidura entre Coalición Canaria y el Partido Socialista y con el objetivo de frenar las renuncias a las herencias, que desde el inicio de la crisis habían experimentado un incremento ininterrumpido.

Sin embargo, el ejercicio de 2016 se cerró con la mayor cifra de desestimientos desde 2017. Un total de 1.445 canarios -un 10,5% del total y 150 más que en 2015- renunciaron a aceptar el legado de sus familiares, según la estadística del Consejo General del Notariado. Este aumento se registró pese a que, tras la reforma introducida por el Ejecutivo regional, un residente en el Archipiélago paga hasta 1.200 veces menos de lo que tributan un andaluz o un asturiano por una herencia del mismo importe.

Después de que se constatara que las renuncias a heredar siguen en alza, el PSOE -quien apoyó la medida cuando formaba parte del Gobierno- ha calificado la bonificación del impuesto en el 99% como "un fracaso" y "un regalo para los grandes patrimonios".