La patronal hotelera y extrahotelera de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Ashotel, alertó ayer de que las reclamaciones falsas por intoxicaciones alimentarias interpuestas por turistas británicos están llevando "al borde del precipicio" a algunos establecimientos alojativos. "Menos mal que esto nos ha cogido en un buen momento, porque hace diez años algunos hoteles hubieron cerrado", aseguró el presidente de la entidad, Jorge Marichal, quien cifró el aumento de estas demandas en un 1.400% en España en el último año, lo que significa que se han multiplicado por catorce. Canarias es una de las zonas más afectadas por estas prácticas.

La patronal de los alojamientos turísticos celebró ayer su encuentro anual con los medios de comunicación, en el que Marichal afirmó que algunos establecimientos deben afrontar entre 400.000 y 500.000 euros por estas reclamaciones, que se presentan "sin nada que lo demuestre, ni un parte médico ni una queja en recepción".

El dirigente empresarial apuntó a la "connivencia" entre los despachos de abogados de Reino Unido que tramitan estos casos y "exrepresentantes de compañías que se dedican a la intermediación", lo que no resta responsabilidad a los clientes. "Deben ser conscientes de que están cometiendo un delito", señaló Marichal, para quien "es muy difícil asumir que un mercado tan importante para Canarias como el Reino Unido" esté poniendo en peligro de esta forma la industria turística de las Islas. Los hoteleros, dijo, se sienten "indefensos" y, al margen de los importes que deben abonar, empiezan a dejar de ser vistos como un cliente "premium" por las aseguradoras.

Ashotel dedicó parte de su desayuno informativo a desmontar algunos de los "mitos" que, a su juicio, rodean al sector. Uno de ellos es su "miedo" a competir con el alquiler vacacional. En este punto, los dirigentes de la asociación insistieron en que no existe tal miedo, sino solo la reivindicación de que a la actividad de las viviendas turísticas se le imponga "una mínima regulación que establezca requisitos de calidad", dijo el gerente de la entidad, Juan Pablo González.

Menos de un 4,5% de las plazas en viviendas vacacionales de la isla de Tenerife están registradas (2.320 de 48.753), una proporción que, en el caso de las no situadas en zonas turísticas -las únicas que permite el decreto del Gobierno- tampoco pasa del 10% (396 de 4.040), añadió el gerente.

Como sugerencias para la revisión de la normativa, los hoteleros proponen que a esta actividad se le exija un mínimo de suelo por cada plaza, como se hace con los alojamientos turísticos tradicionales, que las plataformas de comercialización tengan que publicar el número de registro oficial de la vivienda y que se haga responsables a estos intermediarios de la liquidación de impuestos ante la Administración, además de la ya conocida reclamación de que se les atribuya la responsabilidad civil subsidiaria. "Llevamos 40 años construyendo dónde, cuándo y dónde nos han dicho, y ahora parece que al amparo de la libre competencia se puede hacer lo que a uno le viene en gana", sostuvo Marichal.

La patronal de los hoteles y apartamentos incidió en una de las críticas que suele recibir el alquiler vacacional: la acusación de que genera una expectativa de negocio -no siempre justificada, según Ashotel- que eleva los precios de los alquileres de viviendas. Marichal advirtió, en este sentido, de que muchos trabajadores tendrán que irse de zonas que combinan lo turístico y lo residencial, como Los Cristianos, hacia localidades limítrofes, con el impacto que este fenómeno supone para el tráfico y las carreteras.

En este sentido, el presidente de la asociación puso como ejemplo los problemas que ya están padeciendo destinos como las Baleares, donde, auguró, la escasez de personal por la imposibilidad de encontrar alojamiento dificultará la apertura de algunos establecimientos este verano.

Los hoteleros pronostican que, al calor de las perspectivas de ingresos que ofrece el alquiler vacacional, se producirán inversiones irreflexivas por parte de ciudadanos y empresarios ajenos al sector turístico que, cuando las cifras de visitantes empiecen a decaer, se encontrarán en problemas.

Por último, la patronal alojativa de la provincia reafirmó su apuesta por la calidad de la oferta frente a la cantidad. "No podemos competir en volumen, porque ahí nos van a ganar", avisó el presidente de Ashotel.