La Universidad de La Laguna (ULL) está trabajando en una "política de renovación de la plantilla docente" para paliar los problemas derivados de contar con una de las plantillas universitarias más envejecidas de España. Para ello, lleva tiempo elaborando "una radiografía" de la institución que le permita conocer en profundidad la dedicación de todos los profesores, articular medidas para ganar eficiencia y contratar a más profesorado donde es más necesario.

La vicerrectora de Profesorado y Ordenación Académica, Carmen Rosa Sánchez López, reconoció ayer que ese trabajo ha retrasado la aprobación de la programación docente del próximo curso. Una de las medidas más problemáticas para hacer esta reestructuración ha sido "ajustar" los desdobles de grupos para racionalizar recursos y reducir gastos. Es decir, el vicerrectorado ha homogeneizado los criterios para que los centros puedan aprobar desdobles de grupos en función del número de alumnos, lo que ha ocasionado críticas en algunos centros, que no están de acuerdo con las nuevas reglas del juego.

"No es lo mismo una práctica de aula que otra de laboratorio o con ordenadores. Los grupos deben articularse en función del tipo de docencia, porque nosotros somos una universidad y trabajamos con dinero público. Por tanto, necesitamos racionalizar la plantilla al máximo", insistió la responsable.

Además, el retraso en la programación docente ha generado duras críticas del grupo Renovación Convergente (RC), el segundo con más representación en el Claustro. Considera que la situación "de excepción" no garantiza las condiciones esenciales para planificar la docencia del próximo curso. En una carta remitida al Rectorado, el grupo asegura que "existe una gran preocupación entre la mayoría del profesorado, que asiste impotente a un cúmulo de desaciertos, errores, fallos de planificación que ponen en peligro el normal desarrollo de la planificación del próximo curso".

Sánchez insistió en que no se podía postergar este estudio y que las consecuencias de no haber podido incorporar docentes durante la crisis -por las restricciones estatales a la tasa de reposición- está teniendo efecto en la ULL. El hecho de que haya muchos profesionales tengan más de sesenta años también provoca más bajas y tener que cubrir más sustituciones. A veces, cubrir esas ausencias tampoco es fácil, porque las bolsas de interinos están vacías y el proceso es muy lento. Asimismo, admite que la sobrecarga docente hace que muchos departamentos no puedan asumir más horas cuando un compañero está de baja. "Hay áreas donde la mitad del profesorado se va a jubilar en los próximos cuatro años", señala.

El centro ha incorporado a cerca de un centenar de docentes -entre profesores asociados y ayudantes doctor- desde que el nuevo equipo llegó al cargo. Esta semana la ULL prevé sacar una convocatoria para ayudantes doctor de alrededor de 40 plazas. La edad media de estos profesionales cuando consiguen plaza se ha postergado de los 30 a los 40 años como consecuencia de la crisis.