Primero son piedras en el riñón y, con el tiempo, todo acaba con la pérdida funcional del riñón. Lo que provoca este fallo renal no es otra cosa que una mutación genética dentro del cromosoma dos que da lugar a una enfermedad llamada hiperoxaluria primaria. Este pequeño cambio en un gen modifica el comportamiento del hígado, haciendo que este empiece a generar, en grandes cantidades, la enzima que regula la eliminación de sustancias que el organismo no necesita.

Esta sustancia, denominada glioxilato, afecta al riñón y consigue, con el tiempo, que deje de realizar su actividad correctamente. En Canarias, esta mutación también ha aparecido en algunas familias, en concreto diecisiete ubicadas en La Gomera. Sin embargo, en el Archipiélago, esta mutación tiene una peculiaridad con respecto a las halladas en otra parte del mundo: la parte del gen afectada por la mutación siempre es la misma.

Según Eduardo Salido, catedrático y jefe de Anatomía Patológica en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), se debe al efecto "fundacional". Esto significa que, probablemente, "la mutación del gen entrara en Canarias cuando aún no había muchos habitantes", explica Salido, quien remarca que "estuvo aislada mucho tiempo".

Eduardo Salido, junto a Armando Torres, jefe de Nefrología del HUC, estudian desde el año 1996 esta patología en el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (Ciberer) del Instituto de Salud Carlos III. En este tiempo, ellos y su grupo han logrado identificar la mutación del gen responsable de la hiperoxaluaria primaria en Canarias y han investigado los mecanismos que hacen que esa mutación produzca la enfermedad.

En 2006, como novedad, modificaron genéticamente un ratón para que padeciese la patología. De tal forma que, el roedor, genera la enzima en grandes cantidades al igual que los humanos. Aunque esto no le afecte igual. "El ratón elimina la enzima por la orina mucho más que una persona", explica Salido. Por esta razón, no llega a desarrollar piedras en el riñón. "Lo que calculamos es la cantidad de glioxilato que se encuentra en la orina", remarca.

Así es como han descubierto una posible nueva terapia que podría revolucionar la forma en la que se trata la enfermedad. Se ha creado una terapia que revierte la mutación de forma simple. Se introduce dentro de una "carcasa" de virus un gen normal que se le inyecta al paciente. Así, el gen "infecta" el hígado, "sin hacerle ningún daño" y consigue modificar la parte del gen mutada.

Si se pusiera en marcha y funcionara tan bien como en ratones, el descubrimiento significaría el final de la contención de la enfermedad, con diálisis o trasplante de órganos, ya que se podrían eliminar totalmente de raíz. Actualmente dos farmacéuticas han empezado los ensayos clínicos con esta terapia. De hecho, durante el Doceavo Simposio Internacional de Hiperoxaluria Primaria, organizado por el Complejo Hospitalario Universitario de Canarias (HUC), celebrado el pasado fin de semana, se mostró el avance de estas pruebas. Una revolución que podría mejorar notablemente la calidad de vida de las familias afectadas por la mutación en Canarias.