La elección de Ángel Víctor Torres como nuevo secretario general del PSC-PSOE vendrá acompañada con una serie de cambios en la estructura socialista en el Parlamento de Canarias. De hecho, en el seno de la formación de izquierda existe un bando que a día de hoy no se explica cómo es posible que Iñaki Lavandera aún no haya presentado su dimisión como portavoz en la cámara regional.

Oficialmente nadie quiere contar en público el malestar que esta situación está generando en el PSC, pero es evidente que la corriente que resultó ganadora el pasado 23 de julio del proceso que posicionó a Ángel Víctor Torres (1.983 votos) por delante de Patricia Hernández (1.462 votos) y Juan Fernando López Aguilar (1.104 votos) espera que Iñaki Lavandera, que participó activamente en la candidatura de Hernández, de un paso al costado que aún no se ha producido. Los más críticos, incluso, le recriminan el "bochornoso" episodio público en el que se vio envuelto cuando se difundió un falso encuentro entre Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias, y Ángel Víctor Torres, por entonces aún candidato a la secretaría general del PSC-PSOE.

Más allá de las decisiones que se puedan adoptar en el próximo Congreso Regional del PSC-PSOE, previsto para los días 15, 16 y 17 septiembre, en el que entre otras cuestiones se abordará el relevo en la portavocía y la renovación de la dirección del grupo parlamentario, lo que más extraña a día de hoy es que Lavandera no haya puesto todavía su cargo a disposición del nuevo secretario general socialista. Resulta realmente incomprensible, según las fuentes a las que ha tenido acceso este periódico, porque cuando se produjo la dimisión de José Miguel Pérez como secretario general él sí que manifestó que estaba a disposición de lo que decidiera la gestora.

Lavandera, según los testimonios a los que ha tenido acceso El Día, es consciente de que no es un hombre que tenga la confianza de Torres, pero se le recrimina el inmovilismo que está demostrando en un periodo de cambio que se quiere abordar sin maniobras bruscas: los que más críticos creen que incluso se está aprovechando de la buena fe o del carácter conciliador del secretario general recién elegido para enrocarse en una posición que no le corresponde.

En el bando que se impuso hace una semana existe el convencimiento de que hay que cambiar la imagen de los socialistas en el Parlamento de Canarias, y que esa transformación se debe dar antes de la celebración del próximo congreso. Sobre todo, porque consideran que no darían una buena imagen si Lavandera y el resto de los integrantes del grupo parlamentario siguen en sus puestos cuando se retome la actividad en el mes de septiembre, concretamente, en el pleno programado para los días 12 y 13.

Según la información a la que ha tenido acceso este diario, a lo largo de la semana no se han producido contactos oficiales encaminados a forzar la salida del actual portavoz parlamentario, aunque tampoco la parte perdedora (como señalan fuentes oficiales) ha realizado algún intento por aclarar una situación que ha ocasionado una fisura que se quiere cerrar antes de que los socialistas debatan su futuro en las Islas. En este sentido, consideran que la holgada victoria que sumó Ángel Víctor Torres tendría que haber ido acompañado por un gesto de buena voluntad que aún no se ha producido. De hecho, algunas fuentes consultadas por EL DÍA pusieron como ejemplo más reciente de servicio a un partido la decisión que tomó el pasado viernes Eduardo Madina de dimitir como diputado nacional del Partido Socialista Obrero Español, la última responsabilidad que le quedaba en el partido de la rosa.

Precisamente el conflicto interno que se originó con Pedro Sánchez, tras perder sus segundas elecciones generales y originarse un debate en torno al liderazgo del PSOE en el que participaron Patxi López y Susana Díaz, es uno de los argumentos que utilizan los que censuran el comportamiento exhibido por Lavandera. El hecho de que Antonio Hernando dimitiera como portavoz parlamentario después de la victoria de Sánchez, con el que había mantenido una estrecha colaboración hasta que se posicionó como portavoz para defender la abstención del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, es el ejemplo más gráfico que encuentran los opositores al hecho de que Lavandera siga siendo el portavoz del PSC en el Parlamento. Pero ese no parece que sea el único frente abierto que tiene la formación cuyos destinos deberá gestionar Ángel Victor Torres. Y es que los socialistas canarios que ahora tienen capacidad de maniobra, además de tener que plantearse en breve -el cambio, como muy tarde, se produciría antes de que acabara el mes de septiembre- el relevo de un portavoz que ha ejercido como tal desde el inicio de esta legislatura, tampoco están por la labor de que Patricia Hernández, que fue la candidata que disputó la presidencia a Fernando Clavijo (CC) y María Australia Navarro (PP), tenga un gran protagonismo en el grupo parlamentario socialista. A ella, por ejemplo, algunos de sus compañeros le recriminan que tras ser expulsada del gobierno de coalición que había cerrado con los nacionalistas -en diciembre de 2016- propiciara una reunión de la gestora en la que se tomó la decisión de relevar a Dolores Corujo como tercera presidenta para que la tinerfeña acabara ocupando ese cargo. Las aguas no están tranquilas en el PSC-PSOE.