Los sindicatos no ven progresos en la situación de los trabajadores del turismo y la hostelería, pese al buen momento que vive el sector. Su hartazgo los ha llevado a convocar una manifestación para pedir el fin de "la explotación y la esclavitud" en estas actividades, unas palabras que, "aunque suenen fuertes", a su juicio describen las condiciones en que se desenvuelve el trabajo de muchos de estos asalariados.

La marcha se celebrará el próximo viernes a las 16:30 en Los Cristianos (Arona) y partirá del hotel Arona para terminar su recorrido en el Centro Cultural de este núcleo del sur de Tenerife. Ha sido convocada por CCOO y UGT y a ella se ha sumado también el colectivo de las camareras de piso (las "kellys") y el PSOE.

Entre las reivindicaciones que esgrimirán los participantes en esta movilización se encuentran el reconocimiento de las enfermedades profesionales, la necesidad de abonar las horas extras y la mejora de la situación de las camareras. Este colectivo -en el que se centran muchas de las denuncias sobre abuso laboral en el sector- sostiene que sus condiciones no han experimentado ninguna mejora, pese a las medidas anunciadas por la patronal hotelera.

"Este está siendo uno de los peores veranos para las camareras de piso", aseguró ayer Gladys Medina, delegada sindical de CCOO y trabajadora de esta especialidad. Según Medina, en esta temporada -en la que se vuelven a batir todos los récords de visitantes- "hay que hacer muchas más habitaciones y cada una de ellas tiene más ocupantes", lo que se traduce, afirma, en que se hacen más horas de lo que estipula el contrato.

"La palabra esclavitud puede sonar mal, pero eso es trabajar diez horas cuando tu contrato pone ocho y no cobrar lo justo", expone Medina, que anuncia una "oleada de denuncias" ante la Inspección de Trabajo. Sobre la actividad inspectora, la dirigente sindical reconoce su "desilusión" por su escaso efecto tras el incremento que han experimentado las plantillas.

Por su parte, Ángeles Caballero, secretaria de Organización de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Canarias -y también camarera de piso-, llamó la atención sobre la necesidad de promover la jubilación de estas trabajadoras a los 58 años. Aunque reconoció que no en todos los establecimientos alojativos la situación es la misma, en algunos realizan hasta 30 habitaciones en un mismo día y no se marchan hasta que terminan, aunque se cumpla su horario.

"Aguantan por miedo y muchas veces tienen que empezar su jornada laboral tomando pastillas para el dolor o inyectándose Voltaren", sostuvo.