La proliferación de cianobacterias en las costas canarias responde a un "fenómeno climático y oceanográfico" y no está relacionada con los vertidos, que nadie niega que existan. Los científicos Emilio Soler, del Banco Español de Algas (organismo avalado por el Instituto Universitario de Oceanografía y Cambio Global), y Rogelio Herrera, doctor en Ciencias del Mar y técnico de Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente, insistieron ayer en que las cianobacterias, que aparecieron por primera vez en Canarias en 2004 (uno de los peores años en cuanto a olas de calor según un estudio de la Aemet que se remonta a 1975) y se han detectado en islas como Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria o El Hierro, han llegado para quedarse y no están relacionadas con las aguas residuales.

Emilio Soler explicó que el fenómeno se da en otros lugares, tales como Hawai, Australia, Brasil o Florida, y que las autoridades y la población utilizan "un protocolo basado en el sentido común: evitar el baño en la zona afectada", pero no en el resto de la playa. El científico subrayó que son sucesos ante los que la mano del hombre no puede hacer nada, pero para los que -sugirió- se podría poner en marcha un sistema de avisos, "igual que tenemos un código de colores para las playas o de alertas meteorológicas".

La presencia de los "blooms" de cianobacterias durante tanto tiempo en la costa -ya ha cumplido los 50 días- es consecuencia de "un verano atípico": las calimas, el calor y la calma y el aumento de la temperatura del mar explican que permanezcan en las áreas de baño. Solo la llegada del alisio y el mar de fondo acabarán con ellas. "Si fuesen consecuencia de los vertidos estarían solo en esas zonas y no ocurre así. De hecho, se detectaron por primera vez en el Mar de las Calmas, en El Hierro", una zona donde no hay contaminación, dijo a modo de ejemplo Herrera.

La inexistencia de vínculo entre vertidos y cianobacterias que defienden estos expertos no los hace condescendientes con los vertidos ilegales en mar abierto, pero insisten en todo momento en que hay que abordar los dos fenómenos de manera independiente y con rigor científico.

Los afloramientos de cianobacterias son grandes masas de color marrón verdoso, de aspecto oleoso, que forman natas y ocasionalmente espumas, y que por su aspecto se pueden confundir con aguas residuales.

En Canarias los científicos llevan más de diez años estudiándolos, se ha hecho una tesis doctoral sobre el tema y se han publicado artículos en revistas científicas. La razón principal de que las cianobacterias no utilicen nutrientes presentes en las aguas residuales y opten por usar las que contiene el polvo sahariano es que no están "biodisponibles".

Los expertos expusieron estas consideraciones en una rueda de prensa en la que estuvieron los directores generales de Salud Pública, José Juan Alemán, y de Protección de la Naturaleza, Susa Armas, además de la jefa de Sanidad Ambiental, Luisa Pita. El primero lamentó la percepeción de riesgo "desproporcionada y sin fundamento". Provoca dermatitis y no Hepatitis A.

Armas, por su parte, anunció que el Gobierno trabaja en la actualización del censo de vertidos, que data de 2007, que se hará público en octubre o noviembre.

Pita especificó que dispersar mecánicamente las cianobacterias es "lo peor que se puede hacer", ya que provocaría un mayor florecimiento.

El litoral de Santa Cruz amaneció repleto

Gran parte del litoral de Santa Cruz amaneció ayer repleto de "microalgas". Las cianobacterias eran especialmente visibles en el entorno de la playa de Valleseco y en los alrededores del Real Club Náutico de Tenerife y en el club militar Paso Alto, donde generaron expectación y bastante malestar./ m. expósito

las claves

2004, llegan microalgas. La primera vez que los científicos detectaron un "bloom" de microalgas en Canarias fue en 2004. Fue un verano muy caluroso, destacado por la Aemet en su informe sobre olas de calor. En 2011 también se detectaron en Lanzarote y Fuerteventura.

Origen. Un brote de cianobacterias o microalgas puede afectar a cualquier zona del litoral, con vertido o sin él. Aunque en aguas sin tratar se produce un crecimiento calcáreo, no hay evidencia de que genere un afloramiento de este tipo de microalgas, según los expertos.