La sensación de soledad no tiene edad, puede ser permanente o temporal y no depende de las personas que tengamos a nuestro alrededor. "Cada persona experimenta este sentimiento de manera diferente: se puede estar socialmente aislado, pero también vivir una soledad compartida", explica la psicóloga Loly Vázquez. Los expertos, sin embargo, saben que se trata de un sentimiento recurrente cuando pasan los años y se pierden facultades o amigos. Desde hace más de un año, la Consejería de Políticas Sociales cuenta con un teléfono para combatir el aislamiento de los mayores (900 70 70 20): solo en un año -entre junio de 2016 y junio de 2017- ha atendido 1.368 llamadas -1.184 a título personal y 184 de familiares-. El perfil mayoritario: mujer, de entre 60 y 69 años -en muchos casos viuda-, que solo busca lo que buscamos todos: alguien con quien compartir. Pero el servicio también ha permitido detectar una realidad oculta y empezar a abordarla: una cifra apreciable de mayores que viven aislados socialmente y que sufren malos tratos.

"La principal demanda de las personas que llaman es ser escuchadas, tener alguien con quien hablar", resume la directora general de Políticas Sociales e Inmigración, María Reyes Henríquez. Casi la mitad de los mayores -47,37%- que han usado este recurso viven solos y el estado civil del 25,5% es la viudedad. Los especialistas que están al otro lado del teléfono dan conversación, pero, al mismo tiempo, intentan promover que utilicen los recursos que tengan a su alcance, como los centros de día o el voluntariado.

Estas llamadas han contribuido, además, a identificar un número importante de casos de desprotección o malos tratos, ya sea "en el entorno familiar o a nivel institucional". Aunque existe un protocolo para estos casos, la Consejería ha tomado la decisión de poner en marcha otra línea telefónica a la que se derivarían las llamadas de personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad social, para tratar cada realidad de manera personalizada. "Hay mucha falta de información de los recursos que existen" y eso origina casos de aislamiento, explica la directora.

La falta de recursos económicos no es un factor clave en el sentimiento de soledad, pero la mayoría de las personas que llaman son jubilados, "muchos de ellos con pensiones no contributivas o muy reducidas", porque el salario que percibían al final de su vida laboral era exiguo. El teléfono para combatir la soledad está disponible las 24 horas, pero los "picos" de llamadas se contabilizan especialmente entre la siete de la tarde y las doce de la noche y entre las cinco y las seis de la mañana. Los principios y los finales son complicados, de ahí que por la noche o al empezar el día el sentimiento se intensifique.

Loly Vázquez, que también es vocal de Discapacidad, Envejecimiento y Dependencia en el Colegio Oficial de Psicólogos, insiste en la relevancia de atender nuestras necesidades fisiológicas, pero, también, las sociales.

"Es importante que expresen cómo se sienten: es bueno hablar, escribir o hasta bailar", propone. Los centros de día son una herramienta "fantástica" para promover el envejecimiento activo.

"Según el Instituto Nacional de Estadística, el 25% de las viviendas en España son unifamiliares y más de la mitad de la población mayor en Canarias vive sola", dice Loly para explicar cómo la demografía cambia las relaciones.

En Canarias hay 24 centros de mayores en los que están inscritos 41.423 socios. El número de socios no ha dejado de crecer desde 2012. Ese año, los registros de la Consejería contabilizaban a 29.941 mayores.

Las limitaciones presupuestarias "no permiten tener un centro en cada municipio". Por ello, para promover el envejecimiento activo, la Administración impulsará subvenciones para poner en marcha nuevas asociaciones de mayores. Ahora mismo existen 342 en todo el Archipiélago. "Queremos crear la red de asociaciones de mayores de Canarias" y que las asociaciones más cercanas a los municipios o barrios que no cuentan con este recurso hagan actividades en ellos. Los centros de día se convertirán, así, en "centros base" de la comarca. "Queremos ir abarcando cada vez más". En esa tarea han contado con ayuda financiera de la Fundación La Caixa.

Aunque el Archipiélago cuenta con una de las poblaciones más jóvenes de España, no es ajena al proceso de envejecimiento que experimenta el mundo desarrollado. El 14% de la población tiene más de 65 años y, según las estimaciones, en 2027 esa proporción llegará al 19%. En la medida en que se potencien los recursos para mayores autónomos, se retrasarán las situaciones de dependencia, explica la directora.

Frente a la imagen de enfermedad que predomina en el estereotipo que tienen los españoles respecto a los mayores (CIS, 2009), la realidad de la mayor parte de estos es bastante diferente. Según la Encuesta de salud de Canarias 2015, el 44% de los mayores en las Islas sostiene que su salud a lo largo del último año ha sido buena y el 7,3% la considera muy buena. En el extremo opuesto, solo el 12,5% afirma que su estado de salud ha sido o es malo o muy malo, más en el caso de las mujeres que de los hombres, más longevas y numerosas.

Además de infraestructuras y servicios, Loly considera que también hay que aprovechar el urbanismo de las ciudades para favorecer la integración social de los mayores. "Es importante que los mayores cuiden de los niños. Lo hacen en muchas ocasiones, y algo tan sencillo como colocar bancos alrededor de algún columpio hace que creemos espacios en los que conviven la infancia y los mayores".

Y, sobre todo, la psicóloga está convencida de que la mejor receta para afrontar cualquier época de nuestra vida es la forma de afrontar el día a día. "La actitud, cómo nos tomamos las cosas, es fundamental". Porque ser agradables, mayores y jóvenes, nos hace más sociables y nos ayuda a estar menos solos.

La cifra de personas longevas seguirá creciendo

Las estimaciones realizadas por el Instituto Nacional de Estadística para los próximos años concluyen que no solo la población canaria seguirá creciendo, sino que también lo hará el número de mayores y, aún en mayor medida, la cantidad de personas que superan los ochenta años. Hacia 2027, los mayores habrán aumentado en un 35% y alcanzarán la cifra de 424.868 personas, un 19% de la población total de Canarias. Es decir, en 2027 se alcanzará un número récord de mayores y tendrán más peso demográfico que nunca en nuestra historia. Pero, además, la gente vivirá un mayor número de años, por lo que los más longevos rondarían los 120.000, lo que supone un 46% más que en la actualidad y representando un 28,8% del total de mayores en 2027. Dado que las mujeres viven más, serán casi dos terceras partes de este grupo más envejecido.