Los centros públicos de Canarias cuentan ya con un protocolo de acompañamiento para el alumnado "trans". Esta herramienta, publicada hace unos días por la Consejería de Educación y Universidades, acaba con la voluntariedad de docentes y fija unas pautas para tratar a estos estudiantes. Entre las medidas incluidas está que la comunidad educativa respete el nombre elegido por el menor y que se le permita el uso de los aseos acorde a su identidad. Además, el centro deberá adecuar toda la documentación administrativa en el aplicativo Pincel Ekade -listas de clase, listados de comedor y transporte, boletín de calificaciones, exámenes, carné de estudiante, etc- al nombre e identidad de género del menor.

El expediente oficial y las actas, en cambio, deberán mantener el nombre registral hasta que se modifique en el registro civil. Una vez que se efectúe este cambio, el centro educativo comunicará los nuevos datos al servicio de la Inspección de Educación.

El centro está obligado a garantizar en todo momento la confidencialidad de los datos del alumnado que realice el proceso de tránsito.

Con respecto a la indumentaria, el alumnado "trans" será libre de elegir su vestimenta, es decir, que si existe la obligatoriedad de uniforme podrá vestir el acorde a su identidad de género. Igualmente, se permitirá el acceso a aseos y vestuarios acordes a la identidad de género que sienta.

El centro facilitará, por el bienestar del alumno, y en la medida de sus posibilidades organizativas, la figura de una "tutoría afectiva". Los equipo directivos también podrán activar, en caso necesario, el protocolo de acoso escolar y establecer las acciones necesarias de carácter inmediato.

La Inspección de Educación será quien vele por la implantación del protocolo en los centros y realizará un seguimiento para detectar posibles problemas e incorporar propuestas de mejoras en el futuro.