Los jóvenes de Canarias coinciden en la necesidad de disponer de tecnologías innovadoras de seguridad vial, como sistemas alcolok (93%) y cajas negras (87%) o limitadores de la velocidad que impidan exceder los límites establecidos (72%). Los equipamientos alcolok permiten que el conductor, antes de arrancar, se haga una prueba de alcohol y, si supera el límite establecido, el vehículo se bloquea y no arranca. Y las cajas de seguridad permiten conocer las causas de un accidente.

Así se refleja en un informe elaborado por la Fundación Mapfre Guanarteme denominado "Jóvenes y seguridad vial en las Islas Canarias", que fue presentado ayer en Santa Cruz de Tenerife por parte de Antonio Vigil, director territorial de Mapfre Guanarteme; Jorge Ortega, responsable del área de Prevención y Seguridad Vial de la aseguradora, así como Cristina Espada, coordinadora de Educación Vial en la Jefatura de Tráfico de Santa Cruz de Tenerife.

Dicho estudio tuvo en cuenta las manifestaciones de 400 personas del Archipiélago menores de 30 años, así como las de otras 1.600 de la Península y varios países sudamericanos. Los consultados coinciden en la necesidad de endurecer las sanciones por conducir bajo los efectos del alcohol (86%), usar el teléfono móvil al volante (81%), no abrocharse el cinturón de seguridad, no utilizar sillitas infantiles (81%) y no respetar las señales de velocidad (60%).

Los conductores de entre 18 y 29 años lideran la reducción más significativa en el número de fallecidos por siniestralidad vial que se ha producido en los últimos 10 años.

Para Jorge Ortega, a pesar de tales datos, "no podemos permitir que 400 jóvenes mueran cada año" en accidentes de circulación. Este portavoz de Mapfre Guanarteme señala que son "cifras intolerables que justifican que todavía tenemos mucho trabajo por hacer para alcanzar el objetivo cero víctimas".

La mencionada encuesta refleja que un 70 por ciento de los jóvenes "se considera buen conductor" y la mayoría son conscientes de que los principales factores que influyen en los accidentes son el consumo de alcohol (lo destaca el 94%) y drogas (94%), así como la superar la velocidad excesiva, hablar por el móvil o conducir con fatiga y somnolencia.

Una de las conclusiones que extraen los responsables del análisis es que los jóvenes de entre 18 y 29 años conducen vehículos más pequeños, con menor equipamiento de seguridad y más antiguos. Es decir, lo que a veces se denomina el "segundo o tercer coche" de la familia, en palabras de Ortega. Además, frecuentemente circulan con motos o ciclomotores (con menor protección activa y pasiva), lo que les hace más vulnerables. En opinión de Jorge Ortega, este segmento de los conductores "deben llevar coches más seguros y modernos".

Este representante de la compañía aseguradora destacó que en los conductores jóvenes "asumen más riesgos, son más inexpertos" y están expuestos a una mayor actividad social, donde se exponen no solo al consumo de alcohol y drogas, sino también a "una presión" para realizar determinadas cosas, que entrañan inseguridad.

Además, señaló que el 58 por ciento de los encuestados ha viajado con conductores que han consumido alcohol, un 43% conducen cansados y un 35% lo ha hecho tras haber ingerido alcohol.

Para Ortega, actualmente "la educación vial es insuficiente a todas luces" y opina que "es indispensable hacerla obligatoria" en los centros escolares.

El responsable de Prevención y Seguridad Vial en Mapfre Guanarteme destacó la importancia de implantar el límite de 30 kilómetros por hora en algunas zonas urbanas para evitar el atropello de peatones.

Cristina Espada manifestó que en 2016 fallecieron tres jóvenes de entre 15 y 25 años en accidentes de tráfico en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Y en lo que va del presente año, ese parámetro ya se ha situado en cuatro víctimas mortales. En cinco de esos siete casos, el motivo del suceso fue la velocidad inadecuada.