Borja Casillas, d enombre artístico Drag Sethlas, ha defendido hoy ante el juez que el número con el que ganó a principios de año el certamen del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, vestido de la Virgen y de Cristo crucificado, no pretendía ofender a nadie ni incitar al odio.

Casillas ha comparecido esta mañana ante el Juzgado de Instrucción número 8 de Las Palmas de Gran Canaria para responder por las denuncias que han formulado contra él un ciudadano de Sevilla y la Asociación de Abogados Cristianos, basadas en la misma actuación que la Fiscalía de Las Palmas ya examinó hace meses, sin apreciar en ella delito.

Finalmente, el ciudadano de Sevilla que presentó una denuncia no ha comparecido hoy ante el Juzgado, por lo que solo se ha mantenido la acusación de la Asociación de Abogados Cristianos, que le imputa un delito de incitación al odio y otro de ofensa a los sentimientos religiosos.

La abogada de Borja Casillas, Isabel Saavedra, ha recordado que el delito de ofensa a sentimientos religiosos se castiga con multa, mientras que la incitación puede conllevar cárcel.

Borja Casillas ha insistido en que "fue una expresión artística y en ningún momento traté de ofender a nadie", tras prestar declaración y responder a preguntas como si había sido consciente del daño que podía hacer a otros, ha dicho el acusado a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Las Palmas de Gran Canaria.

Tras la declaración de Borja Casillas, el Juzgado deberá decidir si archiva el caso, solicita más pruebas o considera que hay delito, supuesto este último con el que se abriría juicio oral, ha señalado la abogada.