El presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, ha propuesto hoy que Canarias sea excluida de los efectos del Brexit, con lo que pide que se mantengan las cuatro libertades básicas vinculadas a la libre circulación de personas, servicios, capitales y bienes con el Reino Unido.

Carlos Alonso ha hecho esta propuesta en la World Travel Market y la ha planteado en virtud de las disposiciones específicas previstas en el Tratado de la UE para las regiones ultraperiféricas, entre las que se incluye Canarias, se explica en un comunicado del Cabildo de Tenerife.

De aplicarse la propuesta hecha por Carlos Alonso, Canarias podría beneficiarse de un régimen particular como sucede con la Política Agraria Común (PAC), la unión aduanera y las políticas fiscales.

"Esta iniciativa nos permitiría conservar la fortaleza que siempre ha presidido las relaciones económicas, sociales y de amistad entre Canarias y el Reino Unido, muy importante especialmente para Tenerife dado que desde el punto de vista turístico el mercado británico es el principal para la isla", ha indicado Carlos Alonso.

La cuestión que ha de estudiarse a partir de ahora es el mecanismo para aplicar esas cuatro libertades entre Reino Unido y las regiones ultraperiféricas, ha añadido el presidente del Cabildo de Tenerife.

En el comunicado se explica que las regiones ultraperiféricas han mantenido históricamente una relación económica muy fuerte con el Reino Unido, de manera directa o a través de territorios británicos de ultramar.

En el caso específico de Canarias, la relación comercial es particularmente importante y, en los últimos 50 años, es muy relevante en relación con los flujos turísticos, aunque también desde el punto de vista del sector agrario o industrial.

Además, una parte de la especialización comercial histórica de las islas se explica por el aprovechamiento de su mayor apertura relativa en relación con la que existía en el resto del territorio español sobre todo antes de la entrada de España en la UE (principio de franquicia comercial).

Esta ventaja, sin embargo, según se señala en el comunicado, se ha ido diluyendo a partir de la integración de España en la UE.

La salida del Reino Unido representa "una oportunidad" para las islas para mantener mayores relaciones económicas con el socio británico, dado que una consecuencia directa del Brexit será el aumento de las barreras comerciales entre la Unión Europea y el Reino Unido.

Además, las islas han empleado el argumento del mantenimiento de las "corrientes tradicionales" para justificar excepciones en la aplicación de la Política Agraria Común y de la Unión Aduanera.

Carlos Alonso señala que "el protocolo (o acta) que rija las futuras relaciones entre el Reino Unido y la UE debería establecer una disposición aplicable a las relaciones con las regiones ultraperiféricas y, por extensión, entre éstas y los países de ultramar que están bajo soberanía del Reino Unido.

Las medidas concretas de aplicación de estas disposiciones tendrían como base jurídica el artículo del Tratado sobre estas regiones.

Recuerda Carlos Alonso que dicho artículo se utiliza también para regular excepciones con países terceros, como ocurre por ejemplo con la política comercial.

Obviamente, agrega, esas excepciones tendrían que ser analizadas a la luz del régimen de relaciones entre el Reino Unido y la UE, tras la salida de este, tanto en las medidas transitorias como en las que se establecerán de manera definitiva.

Es por ello que más allá de preverlo en el Tratado de salida del Reino Unido, debería dejarse al ámbito del derecho derivado la aplicación concreta de dichas medidas, a juicio de Carlos Alonso.

En cuanto a los efectos, Carlos Alonso señala que "es necesario hacer un análisis pormenorizado de cada medida, en un ejercicio inverso al que se está realizando actualmente en relación a los efectos del Brexit en las islas, además de analizar los posibles efectos adversos que esta medida pudiera tener sobre el comercio exterior de las islas".