La isla de El Hierro fue el sitio más lejano que encontró Asier Antona para esconderse después de haberse quedado en pelota picada en el lío de la Televisión Canaria. La verdad es que el líder del PP tiene un don para elegir a sus estrategas: Román Rodríguez, Luz Reverón, el rey de los sebadales? Todos estos le están dejando la Presidencia recién estrenada hecha jirones y ni calzoncillos para fotografiar le van a quedar como siga sumergiéndose en tanto pozo negro de intereses.

Antona siempre ha presumido de ser humilde, de la calle, él conoce el sentimiento de los humildes. Sin embargo, no ha dudado en caer en el pecado de los poderosos: la soberbia. Y lejos de pedir esas disculpas que antes no le dolían en prenda, se presta a torturar a los inocentes.

Y Negrín es uno de ellos. Siempre tuvo razón y los informes que figuran en ese expediente que Román Rodríguez se dedica a fotocopiar con ahínco eran correctos. El presidente del Consejo Rector es el órgano de contratación. Porque simple y llanamente lo es y encima lo confirma el informe de los Servicios Jurídicos de la Comunidad Autónoma que tanto suplicó y que, hasta que le ha dado la razón a Negrín, era tan importante. Y su abogada favorita, Luz Reverón, debería haberlo sabido y dejarse de espectáculos de estrella recién estrenada.

Si Antona fuera un líder de verdad y no un pegacarteles venido a más bendecido por la suerte, pediría perdón y retiraría la pira funeraria que quieren prender el miércoles. Se ha linchado por los motivos equivocados a un inocente. Ya ha quedado claro que obediencia y tinta mandan. Pero algunos aún creemos que queda algo de Asier ahí dentro, debajo de las algas. Y ese se vestía por los pies.