¿Qué pasa si te da vergüenza contarlo? ¿O miedo por si la toman contigo luego? Si veo una pelea, ¿es mejor que me meta o que llame a un profe? ¿A quién acudo si el acoso es fuera del instituto? ¿Llamar a alguien tonto varios días seguidos es acoso? ¿Se puede saber quién te insulta si lo hace por internet y de manera anónima? ¿Qué le ocurre al acosador? Los alumnos de doce y trece años tienen muchísimas dudas sobre qué es el acoso escolar y cómo tienen que actuar cuando detectan o sufren "bullying". Ayer, más de 300 alumnos de dos colegios Echeyde plantearon estas y otras preguntas a un psicólogo, un policía y una abogada, que explicaron las consecuencias sanitarias y legales que se asocian a estos comportamientos. El acoso hace daño y conlleva penas -"internamiento, multas a los padres, órdenes de alejamiento"- pero, además, es un atentado contra "nuestra libertad" y la forma de situarnos en el mundo.

Esta "clase" para explicar qué es el acoso y sus efectos fue la primera de las más de 300 que tienen previstas la Fundación CajaCanarias y la Obra Social La Caixa y con las que quieren contribuir a reducir la incidencia de estas situaciones en los centros, pero también fuera de ellos. La tecnología y las redes sociales han provocado que el acoso no tenga horario. Sigue una vez que se han terminado las clases, lo que aumenta los niveles de ansiedad y estrés de las víctimas.

La sesión está incluida en una campaña denominada "Abre tus ojos contra el acoso escolar", una iniciativa que se desarrollará durante todo el curso escolar en todas las Islas y que incluye una obra de teatro y un debate posterior en el que los alumnos pueden hablar con expertos que les explican las implicaciones del acoso desde distintas ópticas. Los centros que quieran participar en esta iniciativa pueden solicitarlo a través de la web de CajaCanarias.

Ayer, antes de la conversación sobre las repercusiones del acoso, los alumnos vieron a tres actrices interpretar "Levántate que llegas tarde", una función que retrata el peor de los escenarios al que se puede llegar cuando tiene lugar una situación de acoso en la escuela. La obra cuenta el caso de una madre soltera que pierde a su hijo, apenas un niño de 13 años, que acaba suicidándose - "lo encontré colgado", dice entre lágrimas- tras soportar meses continuados de insultos por su sobrepeso. Ella no había sospechado cuánto daño le estaban haciendo aquellas "bromas".

En la función también tiene mucho protagonismo la madre del agresor, que no se da cuenta de la gravedad de las actuaciones de su hijo -"solo son bromas de niños"- y una amiga de la madre que se ha quedado sin su hijo, que está embarazada y se cuestiona sobre el mundo que tendrán las próximas generaciones.

Los estudiantes pudieron ver así otra perspectiva del acoso: el devastador efecto que tiene en los padres. En ambos casos, las madres pensaron que se trataba de un juego de niños, pero se convirtió en una tragedia.

A pesar de las bromas típicas de los chicos de esta edad, que no cesaron al principio de la jornada, a medida que avanzaba esta "clase" atípica los alumnos acabaron prestando más atención a lo que ocurría en el escenario del auditorio de la Fundación CajaCanarias, en Santa Cruz de Tenerife.

En la presentación de la campaña de concienciación escolar participaron el representante de Compañía Canaria de Servicios Educativos, Lamberto Guerra; el psicólogo del Centro de Integración Psicoterapéutica DUO Eduardo Hernández Felipe; la jurista Raquel Rodríguez Rivero, especialista en el ámbito de violencia de género y menores; el miembro del Área de Participación Ciudadana del Cuerpo Nacional de Policía, José Luis Montero; el director territorial de CaixaBank en Canarias, Juan Ramón Fuertes, y el presidente de la Fundación CajaCanarias, Alberto Delgado.

Tanto el policía como la abogada se esforzaron especialmente en derribar el mito del chivato. "Cuando cuentan un caso de acoso no están siendo chivatos, son testigos de un delito y están actuando como tales", insistió Raquel Rodríguez.

El agente insistió en que este tipo de actuaciones no deben llevarse a cabo porque hacen daño a otra persona, pero, además, recordó -"para quienes no se convenzan así"- los servicios que la Policía Nacional tiene a disposición de las familias para tratar estos casos, además del grupo dedicado a investigar delitos tecnológicos. "Es muy fácil identificar la autoría de algún caso de acoso anónimo por internet", advirtió. "Entre todos tenemos que visibilizar el problema, crear un clima de comunicación y confianza".

El psicólogo Eduardo Hernández pidió que no se vea el "bullying" como "algo ajeno, que no nos pasa a nosotros, sino a otros; sino como un problema de todos, una responsabilidad compartida de no mirar para otro lado".

La vicepresidenta del Consejo Escolar de Canarias, Natalia Álvarez, presente entre el público, recordó que más allá de las herramientas que existen para ponerle freno, insultar o agredir a un compañero es una forma de atentar contra la libertad de todos, un derecho fundamental. "Está en juego el derecho a elegir y a ser diferentes", advirtió.