El exdiputado socialista y afamado urbanista Carmelo Padrón murió ayer, debido a una enfermedad. La Comisión Ejecutiva Regional del PSOE de Canarias expresó su profundo dolor y destacó del fallecido que fue "todo un referente del socialismo en el Archipiélago y un ejemplo de lucha y constancia en todos los ámbitos de su vida".

Carmelo Padrón fue abogado y catedrático de Derecho Urbanístico, arquitecto, viceconsejero de Medio Ambiente y director de Urbanismo de la capital grancanaria, llegando a ser número tres del PSOE canario.

Su destacada trayectoria política le llevó a ocupar cargos de gran responsabilidad en el Gobierno de Canarias durante la segunda etapa del Gobierno de Jerónimo Saavedra, donde impulsó la Ley de Espacios Naturales. En el Cabildo de Gran Canaria fue consejero de Política Territorial con Carmelo Artiles y pasó también por la política municipal como concejal en Arucas y Gáldar, su ciudad natal.

"Como político -destacó la cadena SER, con la que colaboró- se caracterizó por su coherencia en las ideas, que siempre defendió desde el entendimiento y el diálogo. De una sabiduría extraordinaria y, sobre todo, una gran persona."

El secretario general del PSOE en Canarias, Ángel Víctor Torres, destacó que fue "una grandísima persona, lleno de bondad y compromiso vital".

Carmelo Padrón participó activamente en las actividades de la Plataforma Canarias Territorio Sostenible, y ha dejado una profunda huella imborrable también en la Federación Ecologista Canaria Ben Magec.

Desde Gáldar, el alcalde, Teodoro Sosa Monzón, expresó su pesar y se sumó a las muestras de condolencias por la triste noticia del fallecimiento de un hijo ilustre de la ciudad como Carmelo Padrón Díaz, que fue pregonero de las Fiestas de Santiago en 1983 y concejal de su ayuntamiento, asesorando en muchas de las cuestiones relacionadas con su formación en Derecho Urbanístico, como la Ley de Costas. Un hombre muy ligado a este municipio, al que se sentía estrechamente unido por sus vínculos familiares.

Probablemente uno de los episodios más felices de la vida de Padrón fue su exculpación del caso de malversación de fondos públicos del que estuvo acusado durante trece años.

Lo pasó mal, tuvo que sufrir el juicio público, sentarse en el banquillo y adoptar la decisión de abandonar la política, en una lección de integridad.

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