La crisis tuvo un fuerte impacto sobre las condiciones materiales de vida de los españoles, aunque su efecto fue diferente en los diferentes territorios del país. "Las facetas del bienestar: una aproximación multidimensional a la calidad de vida en España y sus comunidades autónomas" estudia la incidencia de la gran recesión y concluye que, en función de diferentes indicadores objetivos -renta, paro de larga duración, resultados educativos, esperanza de vida...-, Canarias viaja en el vagón de cola en este aspecto, a una distancia considerable -más del doble- de las regiones mejor situadas.

El trabajo -realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la Fundación BBVA- asigna al Archipiélago 17 puntos - cinco por encima del mínimo posible: 12- en un ranquin de bienestar encabezado por el País Vasco, que con 43 puntos multiplica por 2,5 los valores de las Islas y se queda a solo cinco del tope (48). A Canarias la acompaña Andalucía en el último puesto.

Los indicadores empleados en la investigación se dividen en tres bloques. En el primero, dedicado al bienestar material, Canarias registra el tercer valor más bajo y es, además, la única comunidad en la que la renta per cápita se ha mantenido prácticamente sin variación entre 2006 y 2016. En cuanto a la pobreza -entendida como porcentaje de personas que viven en hogares cuyo gasto es inferior al 60% de la mediana (el valor más frecuente) del país-, las Islas ostentan los peores datos y han aumentado su índice de aproximadamente el 30% al 40% entre 2006 y 2014, al tiempo que lideran los registros de desigualdad. La proporción de personas en paro durante más de un año ha escalado de forma considerable en todo el país, pero especialmente en Canarias y Andalucía.

A diferencia de los económicos, algunos indicadores sociales sí progresaron durante la crisis. Es el caso del porcentaje de población con al menos educación secundaria. El Archipiélago, aunque por debajo de la media nacional -en 2016-, no es una excepción. La mejora del abandono escolar temprano es más evidente, tanto que Canarias ya se sitúa por debajo del promedio español tras recortarlo en más de 15 puntos. En cambio, en rendimiento educativo ocupa los últimos lugares.

En salud, y pese a la mejora, la esperanza de vida se encuentra entre las más bajas del país. Además, Canarias está entre las regiones que cuentan con menos población con salud buena o muy . En cambio, es una de las que más han recortado el tabaquismo, aunque la obesidad ha aumentado.

El estudio del IVIE y la Fundación BBVA incluye, además de indicadores objetivos, otros relacionados con la percepción de los ciudadanos, y en ocasiones entre ambos se detectan contradicciones. Así, y pese a que Canarias se encuentra entre las comunidades autónomas con peores registros de bienestar, la satisfacción de sus ciudadanos con la vida se encuentra en la media nacional, con 6,9 puntos de diez posibles.

Las diferencias en este aspecto entre unas regiones y otras son más bien cortas. La comunidad cuyos residentes se sienten más satisfechos es Baleares, con 7,3 puntos, mientras que la que cierra la tabla es Galicia, con 6,1. Ambos territorios ocupan un puesto parecido en el ranquin de calidad de vida: a Baleares se le asignan 32 puntos y a Galicia, 31; en los dos casos, se sitúan por encima de la media española.

El análisis de los investigadores apunta a que son las condiciones materiales de vida las que han experimentado un mayor retroceso en el periodo comprendido entre 2006 -en los momentos previos al estallido de la crisis- y 2015 -cuando la recuperación empezaba a perfilarse-, tanto que España fue el país de la OCDE con un mayor descenso en los niveles de renta de sus hogares, que cayeron cerca de un 9%.

Por el contrario, las variables educativa, y en especial la población con al menos educación secundaria y el abandono escolar prematura, han mejorado. Este progreso -en el que el cierre del mercado laboral parece haber tenido una importante influencia- ha sido relevante en Canarias.

La salud, por su parte, presenta una evolución desigual. La esperanza de vida ha crecido en España y supera la media de la OCDE, en tanto que fenómenos como la obesidad -en especial la infantil- han ido en ascenso.