El parque subacuático de Santa Cruz de La Palma comenzó a plasmarse en 2014. En julio de aquel año se hundieron siete figuras de 1.63 metros y 450 kilos de peso, que representaban a los enanos danzarines de las Fiestas Lustrales.

Unos meses más tarde ya eran biotopos: la fauna y la flora marina crecían en estas estructuras. En febrero de 2015 logró colarse en guías de buceo, en concreto en "Bucear en Canarias 2", un trabajo del fotógrafo y naturista Sergio Hanquet, que constituye una de las guías más completas sobre los fondos marinos de todo el Archipiélago. Grupos de submarinistas se desplazaban en aquellas fechas al lugar para observar y nadar entre los enanos. En mayo llegaron las elecciones.

El proyecto era un empeño del PP. Mejor, para ser exactos, un reto personal de su líder y antaño alcalde, Juan José Cabrera. En mayo de 2015 el electorado y los pactos lo mandaron a la oposición. PSOE y CC llegaron al poder y entendieron que el parque no era una apuesta prioritaria. Su estrategia política era otra muy diferente. Para ser realistas, tampoco era del agrado de una parte de la ciudadanía que consideraba absurdo invertir en estructuras de hormigón que serían lanzadas en el fondo del mar. Casi siempre se premia más lo cercano y sencillo de comprender: arreglo de aceras y asfalto.

Para saber con exactitud cómo se encuentran aquellos enanos colocados en el mar hay que sumergirse. Y sí, todavía hay gente que lo hace. Las impresionantes imágenes de Danny Medina que se muestran en esta información son el reflejo del abandono que han sufrido durante estos últimos años las estructuras en honor de los danzarines. Seis de las siete figuras están ya en el suelo, nunca han sido controladas ni ajustada tras sufrir las inclemencias del mar. Tan solo se mantiene de pie uno de los enanos que desde sus inicios, en el proceso de montaje en el océano, perdió el gorro.

"Los enanos acabarán siendo tapados por la arena. Si nadie hace nada por remediarlo, llegará un momento en el que ni se verán", sostienen los diferentes submarinistas consultados.

Estos mismos deportistas afirman que "ir buceando y encontrarse esas figuras de pie en medio de la nada impresiona, aunque no tengas ni idea de lo que son los enanos. Si lo sabes hasta te emocionas porque es algo nuestro, pero de lo contrario también es curioso porque te encuentras diferentes estructuras de personas, con sus gorros y te despierta la curiosidad. Son esas cosas diferentes que a todos los que estamos metidos en esto nos gusta". "Hay mucha gente que es capaz de venir de muy lejos por un parque subacuático como el que diseñaron", apuntan.

Sin embargo, "ahora te da hasta pena. Están abandonados. Aquí la gente no tiene la visión que hay en otros lugares y las cosas nuevas cuestan y se critican siempre. ¡Hay que viajar!", sentencian.