La Asociación Unificada de Guardias Civiles criticó ayer que el cuerpo siga "con el rancio boato" de que un sacerdote rocíe con agua bendita sus vehículos y se pregunta si ese ritual va a proteger a los agentes contra los delincuentes, además de "contra los enemigos del alma".

La AUGC se refiere así al ritual que el martes se siguió en el cuartel de La Laguna (Tenerife) en la presentación de las nuevas motos asignadas a la unidad de Tráfico de esa isla (y que hoy no se ha repetido en un acto igual en la Comandancia de Las Palmas). Este colectivo censura que el Instituto Armado siga teniendo "apego al más rancio boato que lo caracteriza" y protagonice "en pleno siglo XXI" actos que considera propios de los tiempos del NODO (el informativo del franquismo).