Un error informático ha dejado a "unos 90 estudiantes universitarios" sin poder solicitar las becas que otorga el Gobierno de Canarias. Los alumnos intentaron en varias ocasiones, y sin éxito, presentar la documentación a través de la plataforma telemática -no se puede hacer de manera presencial- e incluso se pusieron en contacto con el negociado de becas de la Consejería de Educación y Universidades. Sin embargo, más de cuatro meses después de que se cumpliera el plazo denuncian que siguen esperando una solución y que la Universidad les reclama ya el abono de la matrícula.

Los estudiantes han recopilado algunas de las respuestas automatizadas que les proporcionó el servidor y han presentado reclamaciones ante este servicio de la Consejería. Además, han empezado a movilizarse a través de las redes sociales para localizar a otros compañeros que están en la misma situación. El objetivo es poner una reclamación conjunta y seguir "luchando" por tener las mismas oportunidades que sus compañeros, explican.

Aunque de momento solo están en contacto una decena de afectados, los chicos aseguran que la cifra está en torno a los 90 y que fue facilitada por la propia Secretaría de la Consejería de Educación.

Fuentes de la Consejería explicaron ayer a este periódico que aunque no tienen una cifra concreta de damnificados - se trata de solicitudes que no llegaron a tramitarse y el servidor "expulsó"-, el número que barajan los jóvenes puede ser correcto. Añadieron, no obstante, que consideran que se trata de situaciones "excepcionales", ya que "17.000 solicitudes se registraron sin problema". Las tramitaciones que generaron "error" serán evaluadas por una comisión.

"Se verificará en el sistema informático que, efectivamente, los estudiantes que reclaman hicieron uso del aplicativo" y, si es así, estudiarán sus solicitudes. La Consejería pone como ejemplo de su buena voluntad a la hora de gestionar estas quejas que lleva años usando el dinero "sobrante" de la convocatoria de becas universitarias para destinarlas a lo que denomina becas "post umbral", es decir, ayudas más flexibles, para alumnos que no cumplen con los criterios iniciales de renta.

En septiembre, Educación decidió ampliar una semana el plazo para solicitar sus becas y dar cabida a aquellas peticiones que no pudieran registrarse en el sistema por la aparición de errores informáticos puntuales en el servidor. Esos fallos habían provocado que el servicio recibiera menos solicitudes que años anteriores.

Xiomara, Damián y Eric son algunos de los chicos que no han podido tramitar su beca por un fallo del sistema. Durante semanas intentaron en numerosas ocasiones -"y desde diferentes ordenadores"- solicitar la ayuda. Eran conscientes de que la tramitación solo se podía hacer de manera telemática, pero la sorpresa llegó cuando acudieron a la sede de la Consejería, en Santa Cruz de Tenerife, para pedir ayuda, y siempre se repetía la misma respuesta: "Es un error puntual, vuelve a intentarlo".

Los alumnos aseguran que los problemas informáticos no son nuevos, pero lo ocurrido este año, según reclamaciones a las que ha tenido acceso este periódico, ha sido "desastroso".

La preocupación por la falta de respuesta de la Consejería -"nos dijeron que se resolvería pero nadie nos ha llamado a pesar de todas las reclamaciones que hemos puesto"- ha aumentado durante las últimas semanas. Deben abonar ahora una parte importante de la matrícula, que no habían fraccionado en mensualidades porque confiaban en que la Consejería atendería sus reclamaciones y valorarían sus solicitudes de beca. "No es lo mismo pagar una mensualidad que abonar de golpe lo que va de curso", explicaba ayer Damián con preocupación, mientras hacía cálculos.

Los chicos insisten en que "no es justo" que ellos no tengan derecho a beca "por un error" y que intentarán por todos los medios que Educación tenga en cuenta sus solicitudes, para lo cual piensan ponerse en contacto con abogados. Además del error, se quejan mucho del trato dispensado por la Consejería y de que no haya otra opción que la vía telemática para presentar una solicitud, incluso cuando el ordenador te ha demostrado, una y otra vez, que no hay manera de tramitarla.