La versatilidad del avance tecnológico como factor de transformación social y de los procesos productivos, quedó patentado con la labor de una joven canaria que, a los 16 años, desarrolló una aplicación informática para ayudar a la población camboyana, en una nueva cara de la cooperación internacional.

Carla García Medina, alumna de Educación Secundaria del Canterbury School de Las Palmas de Gran Canaria, consiguió ser Premio Nacional de Juventud 2017 en la modalidad de Voluntariado. Su iniciativa surgió mientras buscaba qué hacer en vacaciones el año pasado, cuando decidió ofrecerse a una ONG de cooperantes para viajar a Camboya a colaborar en tareas de computación, según rememoró ayer.

Así, es como fue a parar al país asiático, en el que, tras conocer las necesidades de quienes trabajan en él auxiliando a las personas desfavorecidas, acabó creando una aplicación destinada a mantener en contacto a los cooperantes de la organización con que colaboraba y, a su vez, recabar internacionalmente apoyo económico de ciudadanos sensibles al infortunio de esas gentes. Para ello, actualizó y reestructuró la información de su página de presentación en internet y agregó más contenido. Todo esto con los conocimientos que adquirió en la escuela.