El Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Canarias (COFC) ha reclamado aumentar su presencia en la sanidad pública, pues solo el 16% de los pacientes recibe esta asistencia en el Servicio Canario de la Salud. El colectivo incidió en la necesidad de incluir a estos profesionales en las unidades especializadas de los hospitales, especialmente en aquellas dedicadas al cáncer pediátrico.

Y es que, en el proceso de concertación sanitaria, los niños que sufren las secuelas del cáncer son derivados a un fisioterapeuta para tratarle algo concreto, como puede ser la alteración de la marcha.

Sin embargo, como afirma Concepción Cardona, secretaria del COFC, estos pacientes "necesitan más tiempo de tratamiento individual". Esto provoca que los padres de estos pacientes deban financiar de su propio bolsillo o mediante la ayuda de una asociación, sesiones de fisioterapia para atender las distintas secuelas que pudieran padecer los niños. Cada una de estas sesiones puede oscilar entre los 40 o 50 euros.

Cardona es consciente de que "los conciertos son totalmente necesarios" ya que, cuando el sistema público no puede atender toda la demanda, se deriva esta asistencia a centros concertados. Sin embargo, lamenta que, en 2015 -últimos datos de los que disponen-, el 83,43% de las sesiones de rehabilitación ambulatoria y logopedia del SCS fueran realizadas mediante concierto sanitario", y desde el Colegio de Fisiotarapeutas sospechan que "el número de centros puede ser más del conveniente".

Y es que contar con un fisioterapeuta especializado de forma generalizada "ayuda a que el niño afronte el proceso con mejor salud física, muscular y cardiorrespiratoria", como explican desde el COFC. Por esta razón, el órgano colegial considera que "contar con fisioterapeutas dentro de las unidades específicas de oncohematología y paliativos pediátricos representa un reto para el futuro de la Sanidad del Archipiélago", pues actualmente no hay en estas unidades ni fisioterapeutas ni médico rehabilitador.

De hecho, los profesionales aseguran que "sólo actúan ante interconsultas, como si de un esguince de cuello se tratara, cuando por ejemplo el tumor deja a los pequeños sin posibilidad de caminar".

La labor de estos profesionales es esencial, pues no solo ayudan a minimizar las secuelas y a mejorar el estado en general del niño, sino que realmente son el vehículo que puede transformar la calidad de vida de cada paciente y sus familiares.

las claves

El 84% de los pacientes canarios reciben las sesiones de rehabilitación ambulatoria y logopedia en centros concertados.

Cada sesión de rehabilitación puede oscilar entre los 40 y los 50 euros. El COFC sospecha que el número de centros concertados podría ser mayor que el conveniente para la población canaria.

Contar con fisioterapeutas en las unidades específicas de los centros hospitalarios representa "un reto para la sanidad pública", según el COFC.

Que una unidad de oncohematología infantil cuente con el servicio de médico rehabilitador o un fisioterapeuta puede ayudar a que el niño afronte el proceso con mejor salud física, muscular y cardiorrespiratoria.

Cuando los padres de los pequeños no pueden pagar el tratamiento, a menudo acuden a asociaciones como Pequeño Valiente o la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) para que les ayuden o les faciliten dicho servicio.

La AECC, por su parte, recoge las demandas de los pacientes en sus hospitales en el servicio llamado "primer impacto". A partir de esa información, la asociación contempla si el caso se debe derivar al trabajador social, el fisioterapeuta o el psicólogo de la AECC.

"Los tratamientos son totalmente gratuitos", como incide Raquel Pérez, fisioterapeuta de la AECC en Tenerife. Aunque en Canarias no hay una gran incidencia de cáncer infantil, pues es una patología que afecta cada año a 33 niños en las Islas, en la asociación se llegan a ver varios niños con esta enfermedad.

"Trabajamos para mejorar el estado global del paciente para su recuperación completa", explica Pérez, quien, por ejemplo, ofrece terapias para mejorar la marcha o la respiración. Se trata, en última instancia, de un programa personalizado y exclusivo para cada niño, además de la formación a los padres para que sepan tratar a sus hijos.