La Universidad de La Laguna (ULL) ha suprimido 18 másteres en los últimos tres años y está a punto de incorporar al catálogo siete títulos oficiales vinculados a la comunicación, la información, la enseñanza y los riesgos laborales. El reto de la institución académica es mejorar el grado de transición de los grados a los másteres y al doctorado y seguir aumentando las cifras de matrícula ofertando formación que se ajuste más a las demandas y necesidades de la sociedad. En la actualidad, la ULL oferta 36 títulos de máster y 19 de doctorado.

El director de la Escuela de Doctorado y Estudios de Posgrado, Ernesto Pereda, recuerda que hace algo más de dos años, cuando llegó el nuevo equipo, "había másteres con muy pocos alumnos" y la Universidad lagunera, junto con la de Las Palmas, eran las universidades españolas con menos estudiantes matriculados en másteres. Esas cifras eran consecuencia del contexto social, que permanece igual -el mercado demanda pocos titulados de posgrado-, y del catálogo de títulos disponible, que tenía la obligación de redefinirse para atender más a la demanda.

El responsable de la escuela apostó por una oferta más pequeña, pero más atractiva. "Reduciendo el número de másteres hemos conseguido aumentar la matrícula y ya tenemos más de mil alumnos. Ahora nos toca ampliar la oferta de másteres, porque ahora mismo es menor que la de grados y eso es bastante inusual", apunta.

En concreto, la ULL está trabajando para implantar másteres oficiales en creación y edición de videojuegos; ciberseguridad e inteligencia de datos; nuevas tendencias en periodismo corporativo; necesidades especificas de apoyo educativo; AICLE (formación del profesorado que imparta la docencia de magisterio bilingüe); prevención de riesgos laborales -se hará con la ULPGC-; y estudios filológicos.

Además de las nuevas incorporaciones, el centro ha emprendido la modificación de cuatro másteres. El de Energías Renovables se orientará a entornos insulares y África, el de Química permitirá convalidar una parte por créditos del Máster del Profesorado y el Máster en Cuidados para la Salud se orientará a la parte que más atractivo suscita ahora entre los estudiantes.

Pereda espera que la normativa para implantar másteres on line salga próximamente, de manera que en el curso 2018-19 la Universidad pueda incorporar ya algún estudio de este tipo. El director subraya las posibilidades que da la teleformación para captar más alumnado, no solo estudiantes extranjeros, sino profesionales que quieren reciclarse pero que están trabajando.

Apuesta, además, por impulsar la formación en inglés, para lo que hace meses sacó la primera convocatoria que incentivaba la puesta en marcha de másteres bilingües.

Cuando Pereda llegó al cargo, Canarias también ostentaba el triste récord de ser la comunidad autónoma con menos alumnos en estudios de doctorado por cada mil habitantes. Los doctorados no conseguían alumnos y la matrícula rondaba los 450. El cambio en estos años es evidente: la matrícula está ya sobre el millar.

El primer requisito para mejorar los datos de doctorado es mejorar los de máster. "Si no tienes alumnos de máster es difícil que lleguen al doctorado, porque ahora solo hay tres titulaciones -Medicina, Farmacia y Arquitectura- que permiten acceder directamente, sin pasar por el máster".

Pero este no es el único problema al que se enfrenta el doctorado. La financiación, el relevo generacional y el reconocimiento social son otros obstáculos. Con la financiación que existe -nacional, autonómica y de la propia Universidad-, las dos universidades públicas canarias consiguen financiar "al 20% del alumnado". El 80% restante son profesionales a tiempo parcial o profesores de la universidad", dice.

Esto dificulta la continuidad. "La gente se marcha cuando consigue un trabajo". Cursar esta formación sin apoyo económico es difícil, pero también compatibilizarla con un empleo, porque se ha reducido el tiempo en el que se puede hacer el doctorado y exige mucha dedicación.

"Algunos gobiernos autonómicos están poniendo dinero para que se impulse el doctorado industrial; sería muy interesante ponerlo aquí", plantea. Se trata de una fórmula para hacer el doctorado trabajando para una empresa y con un contrato mercantil.

El otro problema tiene que ver con el déficit de plantilla. "Se está jubilando mucha gente con capacidad investigadora y los ayudantes doctor que están entrando -que tienen más de 35 años- entran por necesidades docentes y no tienen evaluados los sexenios. La ULL no evalúa a los ayudantes doctores y debería hacerlo, porque para dirigir tesis o estar en un programa de doctorado necesitas tener esos sexenios".