El sindicato de CCOO ha presentado hoy un informe sobre la coyuntura del Turismo en Canarias y sobre la salud de las camareras de piso (conocidas como "kellys") en el que denuncia el "récord" de precariedad laboral al que se enfrenta la industria turística española, y que "obliga" a la automedicación de las camareras de piso.

El responsable de la Federación de Hostelería y Turismo de CCOO, Gonzalo Fuentes, ha apuntado hoy en rueda de prensa que aunque el turismo es la industria que más aporta al PIB de Canarias, los beneficios del sector no redundan en calidad de empleo, en salud o en la inversión en recursos humanos.

Las Kellys narran su precariedad en Twitter, a lo Manuel Bartual (28/ago/17)

Asimismo, ha denunciado que el 97 por ciento del empleo creado en 2017 ha sido temporal, precario, parcial y de bajos salarios, con un alto porcentaje de prácticas fraudulentas "que enmascaran" largas jornadas con contratos a tiempo parcial.

Esa precariedad e inestabilidad laboral perjudica de forma directa a las camareras de piso, que muchas veces se ven superadas por los ritmos de trabajo y las sobrecargas laborales.

"El deterioro físico y mental nos lleva a la automedicación y nos hace llegar a la edad de jubilación totalmente destruidas", ha afirmado hoy la camarera de piso y delegada de CCOO, Remedios Leal.

"Pero el problema no acaba ahí", ha señalado el técnico de Salud Laboral, José Rodríguez Valdés, quien ha explicado que muchos de los fármacos utilizados por las camareras de piso para combatir ciáticas, lumbalgias o problemas cervicales no solo tienen efectos secundarios sino que pueden generar "fuertes" dependencias.

Además, ha señalado que existe un "notable desequilibrio" en el consumo de fármacos entre hombres y mujeres en sectores feminizados como la enseñanza, la sanidad y la hostelería.

En las actividades domésticas y servicios personales, el 12,3 por ciento de las mujeres consume fármacos para aliviar dolores, problemas de sueño o síntomas depresivos, frente al 4,7 por ciento de consumo masculino.

En hostelería, los datos analizados mostraban un 12 por ciento de consumo femenino, frente a un 4,5 por ciento de consumo masculino; y en educación y sanidad un 11 por ciento, frente a un 4,9 por ciento.

"Lo triste es que la mayor parte de las camareras de piso no resuelven sus problemas con estos fármacos, sino que simplemente tratan los síntomas", ha apuntado Valdés.

Por su parte, la secretaria de Salud Laboral de CCOO, Ana María Luisa Cejas, ha defendido la necesidad de trabajar en una mejor organización del trabajo y en prevenir y detectar de forma precoz los riesgos psicosociales, ergonómicos y músculo-esqueléticos de las trabajadoras, a las que "muchas veces se les entregan controles de trabajo imposibles de realizar".

Para paliar la precariedad y la explotación laboral en la industria turística, Gonzalo Fuentes ha recordado la necesidad de ampliar el catálogo de enfermedades profesionales, de establecer salarios "decentes" y de crear programas de prevención de la salud.

"Los avances tecnológicos deben ir aparejados de mejoras en las condiciones de trabajo de las camareras", ha manifestado el responsable de Hostelería y Turismo.

Valdés también ha señalado que resulta "imprescindible" que las camareras conozcan los fármacos que consumen, así como sus efectos secundarios y las posibles alternativas.