"No hay más prórrogas. Correos está en tiempo de descuento". Los sindicatos de la empresa pública anunciaron ayer la puesta en marcha de una calendario de movilizaciones "gradual y ascendente" para tratar de frenar los recortes y lo que consideran una "privatización encubierta" del servicio postal.

Las protestas comenzarán en la oficina de Playa de las Américas (Arona) -"una de tantas" que ha sido afectada por la reducción de la plantilla y las contrataciones precarias que denuncian los representantes de los trabajadores- y tendrán un primer hito el 4 de mayo con la celebración de un paro general cuya duración todavía no ha sido acordada.

Los sindicatos convocantes -CCOO, UGT, CSIF y Sindicato Libre- advierten de que las movilizaciones -previstas en toda España- continuarán si el Gobierno central "no garantiza la viabilidad de Correos" ni cesa en su política "antipostal". "En 2017 se produjo un recorte de la financiación de casi el 70% que tiene visos de perpetuarse este año", expuso Pedro Segura, secretario provincial de Correos, quien calculó en 300 las pérdidas de puestos de trabajo en Santa Cruz de Tenerife desde 2008 -15.000 en el conjunto del país-, una cifra que, según sus pronósticos, podría duplicarse de continuar la situación.

El "bloqueo" del plan de empresa de Correos por parte del Ministerio de Hacienda es, a juicio de las organizaciones sindicales, el motivo de la pérdida de ingresos. Ese instrumento permitiría al ente "adaptarse a la realidad del mercado" e introducirse en el sector de la paquetería, lo que le permitiría ganar en rentabilidad. "Las empresas extranjeras copan el mercado de paquetería y son respaldadas por sus gobiernos", afirmó Segura. "El único objetivo del Gobierno -prosiguió- es convertir Correos en una empresa pública residual". Las organizaciones entienden que, con ello, el Ejecutivo, "cede" y "se arrodilla" ante estas empresas.

Según los sindicatos, la merma de personal fijo y su sustitución por trabajadores contratados por horas repercute en la "insuficiencia" de los repartos, la rebaja del horario de atención al público, los retrasos en los envíos y los incumplimientos de plazos. Para avanzar en las condiciones laborales, las centrales reivindican no solo el desbloqueo del plan de empresa sino la negociación de un nuevo convenio colectivo que incorpore "mejoras y facilidades", dijo Domingo Negrín, del Sindicato Libre, que recordó que los salarios se mantienen congelados desde 2010. "Somos mileuristas", señaló.

Carmen Dorta, de UGT, calificó de "preocupante" la sobrecarga de trabajo. "Menos personal tiene que sacar adelante el mismo trabajo y cumplir objetivos. Pedimos que se contrate lo necesario", dijo.

"Hoy no encuentras una carta en el buzón y mañana te encuentras diez, cuando la obligación es repartir el 93% diariamente", indicó Pedro Hernández, del CSIF.