El Gobierno autonómico se ha propuesto que el 45% de la producción eléctrica en las Islas provenga de energías renovables en 2030. El objetivo, recogido en el borrador de la Estrategia Energética de Canarias 2015-2015 (EECan25), también es contemplado por el comité de expertos que asesora al Ministerio de Energía en la lucha contra el cambio climático.

En el informe entregado esta semana al departamento dirigido por Álvaro Nadal, los especialistas dibujan, como escenario más optimista, un 49% de generación con fuentes limpias dentro de doce años, una meta que se alcanzará tanto si se materializa la apuesta por el gas natural como si se descarta, aunque en el primer caso permitiría un ahorro económico y de emisiones de CO2 muy superior, cercano a la mitad de las cifras actuales.

Como "escenario base" -el que se daría si se mantiene la tendencia-, el estudio del comité de expertos prevé que la producción con renovables llegue al 23% en 2030. El estudio plantea también escenarios alternativos, la mayoría de los cuales mejoran esa cifra. Los dos más ambiciosos apuntan a una penetración de los renovables de casi la mitad del total, un 49%. Las diferencias entre ellos residen en que el primero no incluye el gas y el segundo sí lo hace y en que este último ofrece un mayor ahorro económico y de emisiones de CO2.

Así, el escenario consistente en una mayor implantación de las energías limpias junto al refuerzo de infraestructuras eléctricas y la ejecución de las gasistas supone un descenso del 48% en los costes económicos y las emisiones como consecuencia de sustituir la generación con gasóleo por gas natural. El que se centra solo en los dos primeros aspectos -alta penetración de renovables y fortalecimiento de las infraestructuras eléctricas- reduce los costes del sistema en un 29% y rebaja las emisiones en un 36%.

No obstante, el comité de expertos advierte de que su análisis de los efectos que tendrían las nuevas infraestructuras no presupone "la viabilidad técnica de las inversiones", por lo que su construcción debe supeditarse a estudios coste-beneficio.

Estas nuevas infraestructuras serían, además de las regasificadoras en el escenario considerado más favorable por los especialistas, la ejecución no solo de la central hidroeléctrica de Chira-Soria, en Gran Canaria -ya autorizada pero aún sin fecha de inicio de las obras-, sino también de las previstas para Tenerife y La Palma -no incluidas todavía en la planificación- y de interconexiones entre varias islas, entre ellas las capitalinas.

Las condiciones que deben darse para rozar el 50% de renovables en 2030 son parecidas en las previsiones del grupo de expertos y en el documento preliminar de la estrategia canaria, que también recoge la necesidad de construir -a partir de 2020- los bombeos de Tenerife y La Palma.

Del informe del comité se desprende que la entrada del gas natural no representa un obstáculo para el avance de las energías renovables desde el punto de vista técnico, dado que la penetración de las fuentes limpias es la misma en el escenario que incorpora las instalaciones gasistas y en el que no lo hace. La clave estará, pues, en el coste económico de la ejecución de infraestructuras. Los detractores del gas temen que la elevada inversión de las regasificadoras impida renunciar a ellas para progresar hasta el 100% de renovables, mientras que el Gobierno canario sostiene que ese desembolso será amortizado en pocos años.

La importancia de los bombeos

El comité de expertos que asesora al Ministerio de Energía en el proceso de transición energética destaca que el "elevado recurso renovable" del que dispone Canarias "hace

esperable un despliegue muy importante de este tipo de generación", sobre todo la eólica. Para que ese aumento de la producción con fuentes limpias se concrete, advierten los especialistas, es "clave" desarrollar centrales hidroeólicas como la de Chira-Soria -ya proyectada y autorizada en Gran Canaria pero cuya construcción todavía no se ha iniciado- en Tenerife y La Palma -que permitan almacenar la energía renovable producida-, así como ejecutar interconexiones entre islas. No obstante, el informe advierte de la necesidad de realizar análisis coste-beneficio ante la elevada inversión que suponen estas infraestructuras.