La escolarización de los menores que integran parte de la comunidad "hippie" que se ha ido extendiendo paulatinamente por diferentes zonas de Tijarafe y la Villa de Garafía, y que se mueve por espacios como Los Lomitos, Cueva de Agua o la Fuente del Colmenero, es una de las preocupaciones de los ayuntamientos y también de los propios vecinos, que observan cómo en algunos casos los progenitores no respetan ni tan siquiera las normas básicas de convivencia.

Son, en la mayoría de los casos, personas que optan por una vida "alternativa", que llegan rebotados de otros lugares y que encuentran en parajes de impresionante valor paisajístico del Noroeste, con cuevas y zonas habitacionales naturales, un lugar donde permanecer durante un período de tiempo.

Al ser cuestionado por esta problemática, el alcalde de Tijarafe, Marcos Lorenzo, explicó que entre lo que se conoce por hippies "hay que diferenciar diferentes colectivos. Hay personas que llevan muchos años aquí, que se han comprado su terreno y viven a su manera, dentro siempre de la legalidad, con sus niños escolarizados y respetando las normas de convivencia, y a los que yo entiendo que no se les puede considerar ni mucho menos hippies". Y luego, es verdad, "que hay hippies que se han organizado en comunas en algunas zonas y donde el tema más sensible sin duda es la escolarización de los menores", apunta.

Lorenzo es consciente de que "los ayuntamientos somos los competentes en obligar a que los niños estén escolarizados en escuelas regladas dentro de la educación en España". Aclara que "una parte importante de este colectivo es partidario del método Montessori", que en La Palma al menos no cuenta con ningún centro homologado.

"Quieren educar a sus hijos a su aire y contra eso sí somos inflexibles. Hemos incluso abierto expedientes en el ayuntamientos para que las familias escolaricen a sus menores", subrayó el alcalde. La Policía Local ha visitado incluso estos asentamientos para comprobar los menores en edad de estar en la escuela y, de camino, observar las condiciones de vida.

Marcos Lorenzo dejó claro que "a mí no me parece mal que cada uno viva a su manera, pero hay que cumplir con la ley, escolarizar a los menores y respetar la propiedad privada y unas normas de convivencia básicas".

Por su parte, la concejal de Educación del Ayuntamiento de Garafía, Glemis Rodríguez Pérez, explicó ayer a esta redacción que "hay muchos niños" de familias que viven una vida alternativa, "pero la gran mayoría no han cumplido todavía los seis años", por lo que sus padres no tienen la obligación de matricularlos en escuelas infantiles y prefieren mantenerlos en sus lugares de residencia, "aunque también es cierto que hay familias puntuales con menores mayores de ese edad que no los tienen escolarizados", subrayó.

La edil informó de que "estamos trabajando de forma consensuada, invitando a las familias a participar en jornadas de puertas abiertas que celebramos en el colegio, que conozcan el centro y su funcionamiento, incluso la directora se ha reunido con los padres y madres de los menores, conociendo sus inquietudes y las necesidades que ellos quieren que se cubran".

Glemis Rodríguez dejó claro que el objetivo de esta labor no es otra que lograr que "cuando los menores tengan seis años sean escolarizados", lo que, por otro lado, es una obligación.

Los robos, otro de los graves problemas

No es solo la problemática de mandar a sus menores a la escuela, aunque quizás sea lo más importante, sino también es un contratiempo importante el propio comportamiento de algunos "hippies," entre los que no se incluyen, como bien razona el alcalde de Tijarafe, Marcos Lorenzo, aquellas personas con una vida alternativa pero que respetan al resto de vecinos y se han adaptado a las costumbre de los pueblos. Los hippies han provocado robos de cosechas de manzanas, que incluso han intentado vender en mercadillos, se han llevado placa fotovoltaica, se han metido en huertas y en pajeros particulares, han intentado tomar agua de la red de abastecimiento público de forma ilegal....