Lo dicen los datos y lo demuestra el avance que ha experimentado la sociedad en los últimos años. La educación canaria ha mejorado desde los años 90 hasta la actualidad y eso ha tenido un reflejo claro en el progreso social de la región, pero no lo ha hecho al ritmo adecuado, ya que la brecha con respecto a otras regiones similares se ha mantenido e incluso se ha incrementado en algunos valores. Se ha avanzado en los indicadores de idoneidad, abandono escolar temprano, tasas de graduación, número de profesores e inversión pública, pero no hay "convergencia".

Es la principal conclusión de una investigación llevada a cabo por Josué Gutiérrez Barroso, profesor de la Universidad de La Laguna (ULL), y que acaba de ser publicada en la Revista Canaria de Ciencias Sociales Atlántida que edita el centro. El experto ha recurrido al método comparativo entre comunidades autónomas de similar tamaño -en este caso Castilla y León y País Vasco, ambas sobre los dos millones de habitantes- para analizar la evolución de los indicadores educativos, la mayoría proporcionados por el Ministerio de Educación o la Comunidad Autónoma. Además, ha apoyado sus hipótesis en otros estudios sobre la materia llevados a cabo en los últimos años.

Su conclusión es que aunque Canarias presenta una mejora sustancial en el periodo de estudio (1990-2015), esta no es suficiente para reducir la brecha educativa con las regiones de referencia, de modo que la disparidad regional se mantiene y en algunos valores se incrementa con el tiempo.

El autor de la publicación llama la atención sobre el gasto educativo. Su estudio señala que, a nivel nacional, la inversión por alumno crece hasta el año 2009, cuando desciende desde los nueve euros por alumno hasta los siete. "La inversión en el resto de comunidades tiene valores más bajos que la media nacional, si bien el comportamiento es similar a los valores nacionales: crecimiento hasta 2009 y descenso a partir de esa fecha. Canarias es la que menos ha crecido y también la que menos invierte por alumno. Así, el esfuerzo inversor por alumno es menor que en el resto de comunidades autónomas".

Gutiérrez Barroso no ha elegido estas comunidades al azar, sino porque tienen cifras parecidas de población y de alumnado. Además, se trata de territorios que representan divergencia de indicadores en los ámbitos educativo, laboral y económico.

Según los datos recopilados por el autor, Canarias, a pesar de tener unos indicadores demográficos que indican una mayor densidad y un menor envejecimiento que Castilla y León y País Vasco, económicamente está bastante atrasada respecto al empleo y a la riqueza por habitante. Estas cuestiones producen bastantes divergencias en los indicadores de educación de estas comunidades, todo ello a pesar de tener una población total y una población escolar similar en cuanto a número.

Canarias se sitúa por detrás de comunidades autónomas como País Vasco y, en algunos indicadores, también detrás de Castilla y León. Ello no hace más que confirmar la tendencia diferenciada entre regiones en lo relativo a la situación del sistema educativo, cuestión que trasvasa ese ámbito, "pues se establecen diferencias importantes también respecto a indicadores laborales, sociales y económicos". Esta relación es inevitable, porque mejores resultados del sistema educativo suelen estar acompañado también de mejores resultados de otros indicadores sociales.

las claves

Mejores resultados. El investigador Josué Gutiérrez Barroso destaca que Canarias ha mejorado en algunos indicadores, incluso de forma sustancial, pero advierte de que la evolución no se ha hecho al ritmo adecuado, de manera que se mantiene la diferencia con la media nacional y con autonomías equiparables.

País Vasco y Castilla y León. El docente ha usado dos comunidades autónomas de población similar -tanto desde el punto demográfico como escolar-, pero que representan situaciones distintas si se analizan sus indicadores educativos, laborales y económicos a lo largo del tiempo.

Gasto educativo. El gasto educativo aumentó en el conjunto de las comunidades autónomas, pero también en Canarias el incremento fue menor que en las dos regiones con las que el estudio establece la comparación.