Los hechos empiezan a certificar lo que las previsiones apuntaban: el crecimiento turístico, que parecía imparable, comienza a frenarse este año. Las instituciones y los empresarios repiten que no hay motivos para la alarma, que en algún momento el sector tenía que tocar techo y que lo importante es ganar en excelencia. Ese momento parece haber llegado ya. Los datos llevaban enviando señales desde inicios del ejercicio, pero ha sido tras la Semana Santa -que en 2018 cayó en marzo- cuando estos indicios se han manifestado con mayor claridad.

Las Encuestas de Alojamiento Turístico que elabora el Instituto Canario de Estadística (Istac) confirman el retroceso, aún ligero, que en los cinco primeros meses del año -y en especial, en abril y mayo- presentan los principales indicadores del sector, entre ellos los relativos a la rentabilidad de los hoteles y apartamentos.

Así, los ingresos por habitación disponible (RevPAR) -la magnitud con la que se mide la rentabilidad de los negocios alojativos- acumula dos meses seguidos de descenso en relación al mismo periodo de 2017. Esta tasa se situó en mayo en 49,28 euros, un registro que tampoco se puede considerar inusual para este mes, ni siquiera durante el "boom" turístico de los últimos años, pero que es inferior al del pasado año, con lo que rompe varios ejercicios consecutivos de aumento en este periodo.

En cuanto a los viajeros alojados en establecimientos turísticos, también abril y mayo representaron un descenso respecto al pasado año de, en total, más de 136.000 turistas, después del incremento que se produjo en marzo como consecuencia del efecto Semana Santa. La cifra de clientes de los hoteles y apartamentos ya había experimentado una ligera bajada en el mes de febrero, aunque en enero había subido.

Por su parte, el número de pernoctaciones solo ha crecido coincidiendo con la Semana Santa, mientras que en enero, febrero, abril y mayo ha disminuido. En los dos últimos meses la caída ha sido de cerca de 109.000 noches menos pasadas por los turistas en los establecimientos de las Islas.

Lo mismo ha sucedido con el grado de ocupación por plazas de los hoteles y apartamentos: el único aumento se produjo en marzo, en tanto que en el resto del año la tónica ha sido descendente. El 60,7% de ocupación que se registró en mayo ha sido el dato más bajo en dicho mes desde 2015.

También la estancia media tiende a recortarse en los últimos tiempos. Este año lo ha hecho en todos los meses, incluso en marzo, que ha sido, con diferencia, el mejor del año para el sector.

El comportamiento de estos últimos meses coincide con las previsiones que mantienen diferentes observadores y agentes turísticos. La patronal hotelera y extrahotelera de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Ashotel, informó hace unos días de que calcula que 2018 se cierre con una caída de visitantes de entre el 4% y el 6%, lo que supondría recibir entre 700.000 y un millón de clientes menos que el año pasado, un descenso atribuible a la recuperación de otros destinos, las buenas temperaturas que reinan en Europa y el escaso empuje de la demanda nacional.

las claves

Ingresos. Los ingresos por habitación disponible, indicador que mide la rentabilidad hotelera, bajaron en mayo por primera vez en varios años.

Viajeros alojados. Entre abril y mayo se alojaron en los hoteles y apartamentos de las Islas casi 136.000 clientes menos que en el mismo periodo de 2017.

Previsiones. Ashotel calcula que este año terminará con entre 700.000 y un millón de turistas menos que 2017, un descenso que, a su juicio, no debe ser motivo de excesiva preocupación.