"¿Crisis políticas? Le recuerdo que yo me subí a un avión como consejera y cuando me bajé ya no había pacto". Con este ejemplo tan gráfico, interiorizado por la majorera Ornella Chacón, la nueva presidenta de Puertos del Estado rescata su salida en diciembre de 2016 de la consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias. Arquitecta de profesión, es la primera mujer en una presidencia que se gestiona desde Madrid, que si bien no tiene playas, sí es una de las siete zonas francas -Barcelona, Cádiz, Gran Canaria, Santander, Sevilla, Tenerife y Vigo- que operan en territorio español.

¿Cómo está siendo su aterrizaje, o mejor dicho, su desembarco en Madrid?

Vamos a decir que está siendo interesante... (espere un segundito que enchufe el móvil porque la batería de este pobre ya no da para más)... Listo. ¿Seguimos?

¿Esperaba que le dieran una responsabilidad de este calado?

Esperado en el sentido de que fuera un puesto que estaba buscando no... Todos sabemos cómo funcionan estas cosas y los inesperados giros a los que estamos expuestas las personas que hemos decidido unir nuestras vidas a la política.

Lo que no deja de ser curioso es que la gestión de los puertos se supervise desde una metrópolis tan alejada de lo que se entiende propiamente como un puerto...

(sonríe)... Tiene un puerto seco. Madrid es el núcleo central al que se unen todos los puertos y había que buscar ese punto intermedio, lógicamente, apuntalado por su condición de capitalidad.

¿Cómo afronta este reto?

Con entusiasmo, con responsabilidad y con la modestia que se requiere para interpretar que es un destino en el que no voy a estar una legislatura completa, sino al que he accedido en unas condiciones muy concretas. Soy consciente de que llego pasado el ecuador de un plazo habitual, pero no queda otra que trabajar.

¿Siente la presión de tener a la famosa espada de Damocles sobre su cabeza?¿ Percibe que hay poco margen de maniobra?

Sí que lo hay, pero eso no debe ser interpretado como algo necesariamente malo. En el momento en el que decides asumir una responsabilidad de este tipo lo único que tienes que tener claro son las cargas que recibes. El hecho de que se acorten los plazos te obliga a fijar las metas con mucha más claridad. Si en cuatro años dosificas tus esfuerzos, e incluso te puedes llegar a tomar las cosas con un poco de relax, en situaciones como esta no es posible tener esos periodos de calma... Lo que toca es ponerse las pilas y seleccionar los objetivos que puedes alcanzar durante el tiempo que dure esta presidencia. En política es bastante habitual que sean unos los que comiencen los proyectos y otros los que los culminen... Yo tengo la experiencia de lo que sucedió en la consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias y sé cómo funcionan estas cosas.

¿Pesó mucho a la hora de tomar esta decisión el hecho de que fuera por un plazo más limitado?

Yo valoré tanto la parte personal como profesional. Mentiría si no le dijera que estoy ante el reto más apasionante de los que he tenido que afrontar desde que decidí entrar en política. Hice la famosa lista y salió esto... La balanza se inclinó hacia este lado sabiendo para lo que me habían llamado, por el tiempo que debía estar aquí y los retos que tengo que cubrir.

Lo que le voy a decir no debe ser una regla "sine qua non", pero el hecho de ser una mujer que ha crecido cerca del mar ayuda a la hora de entender la compleja realidad que crece alrededor de las infraestructuras portuarias, ¿no?

Haber crecido en una isla de la que cuando estaba en el Gobierno de Canarias decía que era la periferia de la ultraperiferia ayuda a entender un poco más una realidad que es imposible de visualizar si no se le otorga el valor que tienen las infraestructuras aeroportuarias y portuarias... A los políticos hay que exigirles que tengan sensibilidad con las áreas que deben dirigir y esa asignatura la aprobé hace tiempo, pero al margen de esa querencia es importante que acumulen la experiencia necesaria para resolver cuestiones que no pueden quedarse empantanadas en el cajón de la mesa de un despacho.

Si me permite que haga una comparación algo sentimental, a una madre se le pide que demuestre el mismo cariño por todos sus hijos. ¿Usted será capaz de no tener una mirada diferente con respecto a Canarias?

Pedir que no tenga una mirada especial con Canarias sería inhumano, pero quiero ser neutral... Yo conozco bien los puertos de las Islas y sé cuáles son sus necesidades, aunque por el puesto que ahora ocupo mi obligación es quererlos a todo por igual. Lo que sí es inevitable es tratar de desalojar de mi cabeza los recuerdos más cercanos. En este caso, los que están vinculados con las infraestructuras del Archipiélago.

Es un apartado en el que el Ministerio de Fomento lleva la voz cantante, pero usted sí que puede tener una visión de cómo le gustaría que evolucionaran las grandes infraestructuras portuarias de las Islas...

Lo que son las grandes infraestructuras en puertos y diques ya están terminadas y lo que toca en estos momentos es hacer pequeñas mejoras y también alguna que otra ampliación. En los planes de inversión de las Autoridades Portuarias ya están recogidos todos los proyectos que tienen el visto bueno de Madrid y lo que hay que hacer a partir de estos momentos es poner los medios para impulsarlos. Debemos proteger siempre la sostenibilidad económica con la que actúa Puertos del Estado. Esa autosuficiencia no se cumplió en el pasado a "rajatabla" porque hubo épocas en las que la planificación de esas infraestructuras excedían de un margen de maniobra que es limitado. En ese sentido, hay que ser muy cautelosos con un equilibrio financiero que yo asocio con una sostenibilidad ambiental. Más que determinar quién debe llevar la voz cantante, que eso es algo que hoy por hoy no es discutible, lo que debemos hacer es favorecer una coordinación que genere una sólida red de cuerpos del Estado; resumiendo, actuar con autonomía, pero con cierta coherencia.

Teniendo en cuenta la obviedad que resulta del análisis de que vivimos en un territorio fragmentado, ¿hasta qué punto hay que diversificar los esfuerzos para actuar con el equilibrio que demandan los canarios?

Eso es algo que no lo han cambiado los que vinieron antes, no lo va a hacer Pedro Sánchez, ni lo harán los que vengan más adelante... La realidad de nuestro archipiélago nos obliga a diversificar los esfuerzos y a estar vigilantes con las necesidades que demandan unos y otros. No es una cuestión de herir sensibilidades, es un trabajo encaminado a crear una situación de equilibrio. Yo demando cordialidad y diálogo a las autoridades portuarias para evitar malos entendidos y crisis mal llevadas. Habrá que hilar muy fino con todas las comunidades, pero interiormente están las ataduras que hay con mi tierra. Lazos, por cierto, que en ocasiones pueden ser interpretados de manera interesada porque no siempre se puede actuar colocando el corazón por delante de la cabeza.

¿Lo que no deja de ser curioso es la discusión que en los últimos meses se abrió en torno a quién debía ocupar la presidencia de las autoridades portuarias y que, de repente, aparezca una arquitecta majorera al frente de Puertos del Estado?

(Silencio). Esa es una realidad que yo no le voy a negar. La actualidad política ha propiciado que le hayamos dado la vuelta al calcetín. Lo único que hay que pedir en estos casos es que las personas que lleguen sean responsables y no se propongan desarmar todo lo bueno que se ha hecho. Lo malo siempre se puede modificar, pero cambiar lo que funciona es un acto de irresponsabilidad que debe ser entendido como una deslealtad hacia la ciudadanía. Yo no puedo acceder a esta presidencia y arrasar con todo lo que había. Tendré que tener la madurez política para reconocer que hay cosas que funcionan y que no puedo modificar por capricho o una ventolera pasajera. Gobierne quien gobierne, lo que no puede ocurrir jamás es que la población pague las consecuencias de paralizar toda la administración cada vez que hay un cambio de cromos entre políticos.

¿Precisamente, a usted no le voy a explicar lo que supone dejar una tarea a medio hacer?

No (ríe)... ¿Crisis políticas? Le recuerdo que yo me subí a un avión como consejera y cuando me bajé ya no había pacto. Con ese ejemplo trato de explicar que es muy difícil explicar a día de hoy lo que pasará en mayo del año que viene. Lo que sí tengo claro es que el PSC-PSOE será una sólida alternativa de gobiernos. Estamos en disposición de liderar una situación de cambio.

¿El dolor que provocó aquella salida del ejecutivo regional dejó algún tipo de sentimiento de venganza hacia CC?

¿Al margen de ese vuelo? (ríe)... Yo lo sufrí en primera persona, pero no soy rencorosa. Embarqué como consejera y me bajé como empleada de un ayuntamiento, un puesto de trabajo, por cierto, del que me siento orgullosa. En política no caben los corazones dolidos y heridos.

¿Podemos estar tranquilos por el cumplimiento de la denominada agenda canaria?

Yo confío en ello y como canaria voy a pelear para que se cumpla escrupulosamente con cada una de las necesidades que existen en el Archipiélago.

¿Lo que nadie le podrá achacar es el grado de lealtad y sacrificio que ha tenido con su partido?

Esta es una responsabilidad en la que hay que tener mucha mano izquierda... Una experiencia más que te ayuda a crecer a nivel personal y político. Los cambios en los que no existe una mayoría requieren sí o sí de mucho diálogo y consenso. El partido es el que decide, pero luego es cada persona es la que obra en consecuencia. Mi lealtad con el PSOE es total. Eso es algo que no voy a poner nunca por detrás de mis ambiciones personales.

Con su caso, y con el de Héctor Gómez, se abrió un debate respecto al peso que tiene el PSC-PSOE en el organigrama de Sánchez. ¿Se ha conseguido todo lo que se merecen los socialistas canarios o esperaban algo más?

Esa pregunta no es para mí... Quien debe fijar los objetivos del PSC en Madrid es Ángel Víctor, no otros compañeros. El secretario general es el que mejor conoce si los objetivos logrados se acercan a las pretensiones del partido. En cualquier caso, a mí lo único que me queda es agradecer la confianza que han tenido para ofrecerme un cargo de esta responsabilidad. Nos encontramos ante una magnífica oportunidad para acercar el debate de los asuntos canarios a Madrid.

Al PSOE se le está criticando de "no querer" a Canarias, de incumplir cuestiones que estaban comprometidas, de desviar unos fondos que en principio debían venir al Archipiélago a otras comunidades "amigas"... ¿Hay que dar los cien días de rigor; están asegurados los acuerdos con las Islas?

Todos somos conscientes de que estamos al borde de un proceso electoral -elecciones locales y autonómicas de 2019- y que eso siempre crea muchísimo ruido. Todos los gobiernos tienen derecho a disponer de los primeros 100 días de gestión. El de Sánchez también. Los gobernantes, como cualquier bebé, no nacemos caminando ni hablando. Lo más fácil es criticar desde el primer día, pero no es malo ver esta situación de ajuste con un poco de esperanza y serenidad. Es evidente que con las actuales circunstancias hay que tomar decisiones rápidas, aunque tampoco es malo poner un poco de coherencia para que las cosas queden resueltas de la mejor forma posible para las dos partes.

¿Hasta qué punto el debate en torno a la sucesión en el liderazgo del Partido Popular ha contribuido a ese ruido?

Los movimientos internos de un partido no solo afectan a sus propios cimientos, sino que salpican a otras formaciones. Es evidente que en un proceso de reorganización de esta magnitud, al final se escapan críticas interesadas. En los tiempos que vivimos los partidos deben admitir que las primarias son un elemento necesario: unos llevamos años practicando ese derecho y nos hizo madurar. Otros, en cambio, están descubriendo la primera vez y no terminan de fijar sus prioridades.

¿Que ahora esté en Madrid no significa que en poco tiempo la volvamos a ver su nombre asociado a la agenda canaria de su partido?

De entrada, le digo que los plazos en política son misteriosos y que no es bueno ir más allá de lo que tienes marcado en la agenda de mañana. Claves hay muchas, pero mi responsabilidad es con el partido. Si me piden que vuelva lo haré con el agradecimiento que he mostrado a los que me pusieron al frente de esta presidencia.

"Las políticas las hacemos las personas"

Ornella Chacón está convencida de que "las políticas las hacemos las personas". Muchas veces, incluso, sin colocar por delante los colores o las siglas de un partido. "Lo ideal es generar esos intereses sin tener que estar recurriendo siempre a un rédito político que puede llegar a mermar la confianza de la ciudadanía. Yo acepté esta presidencia porque creo que estoy capacitada para servir de enlace con distintas administraciones".

"Conozco el malestar que hay en las Islas por el wasap"

La exconsejera de Obras Públicas del Gobierno de Canarias asegura que conoce las reacciones que se dan dado en el Archipiélago a raíz de lo sucedido por los vaivenes de la aplicación del 75% de descuento en los billetes o las quejas por las indecisiones a la hora de formalizar el convenio de carreteras o las ayudas a las obras hidráulicas. "Conozco el malestar que hay en las Islas por el wasap, pero sé que algunos cuentan la historia en función de sus intereses para convertir en verdugo al PSOE", añadiendo que "amigos y familiares me tienen al tanto de lo que se discute estos días en los medios de comunicación".

"La confusión electoral"

La presidenta de Puertos del Estado cree que aún existe un margen para no caer en "la confusión electoral. Sé que es muy difícil desligarse de lo que va a pasar el próximo año, pero hay que intentarlo. Los medios de comunicación deben ayudar a mantener la serenidad en un periodo en el que todo se hace más visceral. Si de por sí ya vivimos en una sociedad que se mueve a un ritmo vertiginoso, no quiero imaginarme qué pasará dentro de unos meses cuando el mapa político local tenga que reordenarse".

"Control del presupuesto"

La dirigente socialista volvió a referirse a su entrada en el ejecutivo canario -junio de 2015- para explicar que "no es lo mismo llegar a una administración en la que ya hay un presupuesto aprobado que tener que edificar el tuyo. Todos los que estamos en política sabemos que el control del presupuesto es fundamental, pero ante situaciones tan excepcionales como las que se han vivido en España en los últimos meses hay que apechugar con las cuentas que te han dejado. Existen algunos mecanismos que te permiten corregir algunas tendencias o necesidades, pero lo habitual es que los periodos de gestión no coincidan con la llegada o no de unas partidas presupuestarias que se aprobaron en el pasado y nunca llegaron. Aquí no tenemos una bola de cristal que determine cómo vamos a estar dentro de unos meses. El día a día devora cualquier planificación".