Todos los grupos del Parlamento canario, excepto Podemos, se mostraron entusiasmados recientemente con el comienzo del trámite para modificar la ley de pesca, que data de 2003, y permitir que los pescadores puedan aprovechar los flujos y las grandes cifras de turistas en las Islas, subiéndolos a sus barcas y mostrándoles sus artes a cambio de otra opción de ingresos. A priori, el cuadro que se pintó ese día en la Cámara parecía idílico, pero un pequeño detalle lo difumina demasiado: los pescadores no están de acuerdo, creen inviable desarrollar los cambios propuestos y que ellos les saquen provecho y, sobre todo, les parece indignante que no se les haya tenido en cuenta, una vez más.

Así lo transmite a EL DÍA, al menos, el presidente de la federación regional de cofradías, Fernando Gutiérrez, quien considera "impresentable" que se preparen modificaciones en una ley "sin hablar con nosotros, norma que, de por sí, "tampoco contó con nuestro consenso en su momento y que ha sido desastrosa para el subsector desde entonces".

A Gutiérrez no le preocupa lo del seguro de responsabilidad, pero sí se muestra muy contrariado con la necesidad de habilitar zonas para los turistas en las barcas con seguridad y otros cambios. Según recalca, y como hizo ver Podemos ese día en el Parlamento, el 77% de la flota artesana isleña tiene menos de 8 metros, lo que impide en esos casos montar a más de dos turistas. Según remarca, muchos pescadores no tienen posibilidad de esas reformas y, además, les perjudicarían mucho para sus labores, por más que tengan ayudas.

Es más, en su caso, posee una embarcación de menos de 5 metros, "con lo que podría llevar solo a un turista y no tengo espacio para esos cambios, ni para esa plataforma de seguridad".

A su juicio, el texto inicial de los cambios para las modalidades de "pesca turismo", "turismo marinero" o "pesca acuícola" no solo es inviable en la práctica, sino irreal por no haberse preparado con los profesionales del subsector. Según recalca, lo que quieren y podrían hacer la mayoría de pescadores es sustituir, en muchos casos, a sus acompañantes por uno o dos turistas, pero sin más cambios y para rutas muy cortas. "No queremos sustituir a los profesionales que se dedican a la pesca por el turismo y así se lo trasladé a la asociación que existe en el Sur de Gran Canaria hace muy poco".

Gutiérrez censura a los grupos por no haberse puesto en contacto con las cofradías, aunque excluye a Podemos, "el único que sí lo ha hecho, y de ahí sus reparos". Además, advierte de la creciente reducción de barcos y de pescadores en las Islas y teme que, de seguir con las políticas y políticos actuales, "nos quedaremos sin pesca". Del consejero, dice que está demasiado centrado en la agricultura y ganadería.

Solo Podemos aprecia similares reparos

Los cambios en la ley de pesca de 2003 se centrarán en la inclusión de los términos "pesca turismo", "turismo marinero" o "pesca acuícola". La primera se refiere a los viajes con pescadores según el tamaño de cada barca, con un mínimo de dos pasajeros para las menores de 8 metros de eslora; 4 de 8 a 12 y, así, de manera creciente. El "turismo marinero" se llevará a cabo en los puertos, mientras que la parte acuícola permitirá las visitas a las jaulas de la acuicultura presentes en diversas zonas del Archipiélago. Todos los grupos se mostraron encantados con el comienzo del trámite parlamentario, pero Podemos sí puso reparos y avisó, sobre todo, de las medidas de seguridad, muy en línea con la postura del presidente regional de las cofradías. El resto de partidos dan por hecho que, por fin, se permitirá a los profesiones de este subsector unos ingresos añadidos y el aprovechamiento del sector principal de las Islas, que ha ido batiendo récords crecientes en los últimos años. Eso sí, admiten que se necesita tomar medidas que impidan el intrusismo y explicar bien los cambios para que los pescadores aprovechen este potencial sin riesgos. Concepción Monzón (Podemos) dejó claro que no se oponen a este filón económico para la pesca canaria, pero cree que es muy difícil que ayude de verdad a los pescadores de siempre y resaltó las diferencias de Canarias con Galicia y Cataluña, donde estas posibilidades ya se han regulado. A su juicio, solo se incluyen las definiciones de la norma estatal y alerta de que las medidas de seguridad se dejan en manos del patrón, aparte de tener dudas sobre los permisos para menores y otras cuestiones de seguridad.