La Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias rediseñará el servicio de comedores escolares que se presta en verano, diseñado para atender al alumnado con menos recursos económicos. La medida se puso en marcha en 2013 para dar cobertura a más de 6.000 alumnos y hoy la matrícula apenas supera los 2.253 niños, de los que solo la mitad -1.238- acuden regularmente.

El director general de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa, Jonathan Martín Fumero, explicó a este periódico que su departamento quiere consensuar con la Federación Canaria de Municipios (Fecam) un modelo más eficiente, que evite las pérdidas que genera el actual, que obliga al sistema público a invertir en función de unas previsiones que luego no se cumplen. La Consejería seguirá financiando el almuerzo de los menores más vulnerables, pero estudia otras opciones para hacerlo que han sido planteadas por algunos municipios, como, por ejemplo, unificar comedores y talleres de verano que ofrecen los consistorios.

Esta modificación había sido reclamada en varias ocasiones por la comunidad educativa a través del Consejo Escolar de Canarias, que lo había plasmado en distintos informes sobre las necesidades del sistema canario.

La apertura de los comedores escolares fue incluida dentro de una estrategia de lucha contra la pobreza que aprobó el Ejecutivo durante la anterior legislatura, a falta de que se diseñara un plan global para asistir a la población con menores ingresos y que se está diseñando en colaboración con las dos universidades públicas.

Fumero reconoce que es complicado sacar conclusiones acerca de la bajada de la matrícula. Ese descenso no se observa en el número de alumnos que acuden al comedor durante el resto del curso y que pertenecen, también, a la "cuota cero", es decir, aquellos niños que viven en familias con rentas tan reducidas que necesitan que la administración sufrague la totalidad de sus mensualidades. Esa cifra ha rondado los 14.000 niños los dos años que Fumero lleva al frente de esta Dirección General y supone un coste de 7,6 millones de euros. En total, la cifra de alumnos comensales -algunos pagan una parte de la cuota y otros la totalidad- asciende a 71.000.

Desde que empezó la crisis, la Consejería de Educación ha tenido que incrementar su catálogo de medidas de compensación social, servicios que van más allá del sistema educativo y que suponen una inversión considerable por parte de la administración para paliar en parte la desigualdad de oportunidades. En este apartado se incluyen también los desayunos que se ofrecen en algunos centros.

"Seguirán mientras sea necesario"

Aunque es complicado sacar conclusiones sobre el descenso de la cifra de demandantes y beneficiarios de los comedores escolares, la Consejería sugiere que ese retroceso puede estar relacionado con la mejoría de los servicios sociales de los municipios. En cualquier caso, Fumero subraya que aunque la medida pueda experimentar modificaciones de cara al próximo curso, seguirá estando disponible para todas aquellas familias que lo necesiten y durante el tiempo que sea necesario.