El tejido empresarial canario se recupera, al menos en términos cuantitativos. Este año ha comenzado con 146.126 empresas activas en las Islas, casi 3.000 más que en los inicios de 2008. Pero la década transcurrida desde esa última fecha -marcada por el impacto de la crisis económica- ha modificado los perfiles empresariales. Si las microempresas siempre han sido mayoritarias en la región, ahora parecen serlo más que nunca. Autónomos y sociedades unipersonales se han extendido de tal manera que ya constituyen más de la mitad de las empresas.

Los datos del Directorio Central de Empresas (Dirce) -publicados hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística (INE)- apuntan al comercio al por menor, los servicios de comidas y bebidas y la construcción como las actividades que concentran un mayor número de negocios, al tiempo que permiten detectar sectores en auge y otros que no pasan por su mejor momento.

Pero lo que resulta incuestionable es el peso que las empresas con un único titular -autónomos o no- han ganado en estos años. Un 56,1% de las firmas activas en el Archipiélago a 1 de enero de 2018 no tenía asalariados, una proporción que ha crecido en seis puntos porcentuales desde 2008, cuando se situaba justo en el 50%.

Tras un importante desplome durante la crisis, las inmobiliarias han cobrado nuevo impulso. En la actualidad hay algo más de 7.000, dos mil más que hace diez años. Eso sí, esta es una de las actividades que se ha convertido en patrimonio de autónomos y sociedades unipersonales: el 65% de estos negocios no cuenta con trabajadores en nómina, frente al 45% de 2008.

Los servicios de alojamiento -hoteles, apartamentos, "campings" y otros- también gozan de buena salud. El Dirce recoge 2.164 empresas vinculadas con ellos, un aumento de más de 350 en relación a las fechas previas a la crisis.

La construcción y las promociones inmobiliarias, sin embargo, están muy lejos de las cifras de entonces: en 2008 había 14.269 empresas y ahora son 9.216.

España no llega aún a las cifras de hace diez años

En España había a comienzos de este año 3.337.646 empresas activas, un volumen todavía inferior al que se registraba en 2008, cuando eran 3.422.239. Los datos del INE reflejan la progresiva recuperación experimentada por el tejido empresarial del país durante los últimos ejercicios que, sin embargo, no ha sido suficiente para recuperar las cifras del momento que marcó el inicio de la crisis económica. El número de empresas activas se incrementó en un 1,7% durante 2017 respecto al año anterior. Se trata del cuarto aumento consecutivo en la cifra de empresas, tras seis años seguidos en descenso. Desde el punto de vista del tamaño, medido en número de asalariados, las empresas

españolas volvieron a caracterizarse por su reducida dimensión. A 1 de enero de 2018, más de 1,84 millones de empresas no emplearon a ningún asalariad, una cifra que representa el 55,3% del total.