Canarias es, tras Baleares, la comunidad autónoma donde menos enfermedades profesionales se notifican. Lo que podría parecer una buena noticia no lo es tanto: muchas veces estas dolencias se confunden con otro tipo de patologías o pasan por accidentes leves. Pero los datos han comenzado a cambiar: en los primeros nueve meses de este año se ha notificado la segunda mayor cifra de enfermedades de origen profesional con baja laboral desde 2009. Y, en este caso, lo que en principio parece una mala noticia no lo es: el aumento del número de dolencias declaradas no supone que se produzcan más, sino que emergen aquellas que antes pasaban desapercibidas, lo que representa el primer paso para abordarlas correctamente.

En la cadena de procedimientos necesarios para evaluar los riesgos de padecer una enfermedad profesional, prevenirla, detectarla y tratarla no cabe la improvisación. Así lo destacan el director general de Trabajo del Gobierno de Canarias, José Miguel González, y el director del Instituto Canario de Seguridad Laboral (Icasel), Elirerto Galván.

El camino para mejorar la salud laboral empieza por que las empresas evalúen los riesgos potenciales a los que está expuesto el trabajador en el puesto que va a desempeñar y, en función del resultado, adopten las medidas preventivas necesarias. "Muchos problemas ocurren por eso. El trabajador llega a una empresa y, aunque sea un gran profesional, no conoce los riesgos a los que se enfrenta", advierte Galván. El puesto de trabajo debe, así, estar adaptado a las características de quien lo ocupa, y cuando estas se modifiquen -el ejemplo más evidente es el embarazo de una trabajadora- también deben hacerlo las condiciones del puesto.

Si no se transmite correctamente esa información al empleado, este acudirá directamente al médico de cabecera, que en muchos casos, al no disponer de los datos suficientes, le pondrá un tratamiento. "El trabajador mejorará, pero cuando vuelva a su puesto acabará teniendo de nuevo el mismo dolor porque seguirá haciendo lo mismo", explica el director del Icasel.

En cambio, cuando el trabajador ha sido adecuadamente informado de los riesgos a los que se expone acudirá a la mutua, que prescribirá el tratamiento apropiado y comunicará la situación a la empresa, que podrá tomar medidas para evitar que el problema se reproduzca.

Con la intención de contribuir a romper el círculo que en muchas ocasiones se genera, la Consejería de Empleo y el Servicio Canario de la Salud (SCS) están probando en centros de atención primaria un protocolo que facilita la detección de una enfermedad profesional por parte de los médicos de cabecera. Esta "red centinela" busca advertir la presencia de las patologías de origen laboral, empezando por las más frecuentes -túnel carpiano, codo, hombro y bursitis- y con la idea de extenderla a las restantes. El propósito de esta iniciativa es "visibilizar" estas dolencias y acertar en las actuaciones preventivas que las eviten.

Tanto González como Galván insisten en la importancia de "incorporar la cultura de prevención en todos los aspectos de la empresa", más allá de la habilitación de equipos de protección individual (EPI), señala el director general de Trabajo. "Cuando se negocian los convenios colectivos, normalmente el capítulo de riesgos laborales se limita al mero cumplimiento de la ley y los comités de seguridad y salud se utilizan como instrumentos paralelos de negociación", añade.

La vigilancia de la salud -los reconocimientos médicos- es otro eslabón "esencial" en la amplia y compleja cadena destinada a evitar o minimizar las enfermedades relacionadas con el trabajo, una cadena que, en el terreno preventivo, "empieza en la infancia".

No es un accidente, es una enfermedad

Las regiones donde la mayoría de las enfermedades de origen laboral suele ser de carácter leve se caracterizan habitualmente por la infranotificación de estas patologías. El director general de Trabajo del Ejecutivo autonómico, José Miguel González, explica que las dolencias profesionales pasan muchas veces por accidentalidad leve. "Si durante la jornada laboral tienes un pinzamiento en el hombro puede que lo identifiques como un accidente, pero es así porque no has estimado lo suficiente que eso ha venido arrastrado por una acumulación de movimientos repetitivos realizados de forma inadecuada o por una manipulación de cargas inapropiada", detalla el director general.

Aumentan las notificaciones

Las notificaciones de enfermedades profesionales, aunque por debajo de la media nacional, se han incrementado desde el año pasado. En los primeros nueve meses de 2018 se han comunicado 164 patologías con origen en el desempeño del puesto de trabajo que han acarreado baja laboral, la segunda mayor cifra acumulada en este periodo de los últimos diez ejercicios. "Deben subir para luego empezar a bajar", expone el director del Instituto Canario de Seguridad Laboral (Icasel), Elirerto Galván, quien de esta manera apunta a la necesidad de visibilizar estas dolencias, de hacerlas emerger para poder abordarlas por los cauces correctos y así prevenirlas.