Hay una fina línea entre que el cuerpo se autolesione y que tenga una sensibilidad extrema a los ataque externos. Ambas reacciones están controladas por el mismo mecanismo, el sistema inmunológico. Y es que, cuando nuestros glóbulos blancos no funcionan con normalidad, pueden funcionar en contra de nuestro organismo, provocando una amplia gama de enfermedades.

Todas ellas necesitan el control de los inmunólogos, una figura poco conocida en los hospitales, pero que tiene un papel determinante en la mayoría de las especialidades. Se podría decir que su trabajo es tan esencial como que los humanos contemos con un sistema inmune, ya que, sin él, "estaríamos muertos" y, sin los especialistas, nos costaría mucho encontrar un balance en el trabajo de los leucocitos.

En Canarias, cada hospital de tercer nivel tiene una unidad que cuenta con dos profesionales de la inmunoterapia. No obstante, el Hospital Universitario de Canarias (HUC) es el único en el que trabajan dos médicos inmunólogos. A la especialidad se puede acceder a través de varias licenciaturas o grados, entre ellos el de medicina, el de biología, el de farmacia y el de química. Cada año, en España se ofertan 30 plazas de esta especialidad, de las que 10 pertenecen a facultativos. De ahí, a la escasez de este tipo de profesionales. En Tenerife, solo están estos dos médicos inmunólogos: Yvelise Barrios y Andrés Franco.

Ambos se encargan, como explica Barrios, del diagnóstico, pronóstico y seguimiento en el laboratorio de los pacientes con enfermedades autoinmunes; del diagnóstico de inmunodeficiencias; y de tareas de consultoría para la mayoría de especialidades del hospital, especialmente en reumatología, dermatología, medicina interna, pediatría y neurología.

Como guinda del pastel, entre los dos se reparten el área de trasplantes. "Estamos de guardia los 365 días del año en toda la provincia de Tenerife", explica la inmunóloga. "Nuestro trabajo dentro del programa de trasplantes es buscar la mayor compatibilidad entre donante y receptor", destaca Franco.

Concretamente, los médicos estudian "una serie de proteínas de nuestro cuerpo que son las que permiten al sistema inmunológico reconocer si un órgano o tejido es propio o extraño", lo que se denomina tipificación del sistema del antígeno leucocitario humano (HLA) de los donantes.

A mayor similitud de las proteínas del HLA entre donante y receptor, la tolerancia del órgano por parte del último va a ser mejor. Para los facultativos, la mayor complejidad de esta tarea reside en que, mientras el estudio de los receptores se realiza de forma previa, para los donantes se debe hacer al momento. Esto les obliga a estar de guardia los 365 días al año.

En cuanto al diagnóstico de inmunodeficiencias, ambos especialistas tienen claro que quieren empezar a diagnosticarlas en Canarias. "Nos gustaría empezar a gestionar estos casos, ya que los pacientes actualmente se deben ir fuera", lamenta Andrés Franco. Se trata de patologías muy raras, por lo que estudiarlas es muy caro, sin embargo, los profesionales están dispuestos a poner su granito de arena gestionando las inmunodeficiencias primarias, las que "son por causa genética".

El equilibrio es la máxima de los inmunólogos. Una tarea que acaba siendo esencial para el buen funcionamiento del nuestras defensas.