Canarias volverá a acoger este mes las mayores maniobras anuales de la Armada Española por primera vez desde 2002, cuando sus ejercicios causaron la muerte de numerosos zifios en aguas isleñas, si bien ahora "se extremarán las medidas de cuidado y preservación del medio ambiente" para que no se repita algo así.

Con esa finalidad, en el marco de esas maniobras, denominadas "Gruflex 2018" y planeadas en escenarios de las islas, del Golfo de Cádiz, del Estrecho de Gibraltar y del Mediterráneo occidental, "en la parte de Canarias no va participar ningún submarino ni cazaminas, con lo cual no se van a utilizar medios acústicos de transmisión (sónar) que puedan dañar el medio marino y los animales que puedan estar presentes", según ha asegurado hoy el comandante del Mando Naval del archipiélago, Juan Luis Sobrino.

En una rueda de prensa convocada desde el deseo de "aclarar todo tipo de dudas que haya" en torno a la iniciativa, que ya ha provocado críticas del Cabildo de Fuerteventura y la mayoría de los ayuntamientos de esa isla, así como de Coalición Canaria, desde semanas atrás, Sobrino ha subrayado que la Armada ha tenido en cuenta la experiencia de 2002 y ha tomado precauciones para evitar que se repita.

Por ello, al acometer este ejercicio "los aspectos medioambientales han estado siempre presentes, tanto en la fase de planeamiento como lo estarán en la de ejecución", ha declarado este almirante, que ha afirmado que los responsables de organizarlo son "muy conscientes de la riqueza natural de los escenarios donde se va a llevar a cabo" y que la zona de Canarias "es muy rica y abundante en cetáceos".

"Los militares aprendemos también de los errores y somos conscientes de que hay que evitar la transmisión sonar en presencia de estos animales, así que hemos evitado cualquier escenario antisubmarino, cualquier escenario de transmisión acústica en la zona de Canarias", ha añadido.

El comandante del Mando Naval del archipiélago ha destacado que, además, "la Armada no quiere causar ningún tipo de problemas ni de desavenencias" allá donde desarrolla sus actividades y que, por esa razón, ha comunicado sus planes a las autoridades de las islas, desde el Gobierno canario a los cabildos y los ayuntamientos más directamente afectados.

Así, después de haber remitido cartas informativas sobre la cuestión a dichas administraciones semanas atrás, él mismo se desplazó a Fuerteventura para entrevistarse con los alcaldes de las localidades donde va a haber actividades y con el presidente del Cabildo, ha relatado.

Ya que, cuando la Armada proyecta actuar en cualquier lugar del país, "buscamos el apoyo institucional y que las autoridades locales conozcan lo que se pretende hacer", ha argumentado Sobrino, que ha agregado que recibió un trato "cordial" en Fuerteventura, donde, "en principio, no mostraron rechazo" ni ayuntamientos ni Cabildo, pese a que luego hayan criticado públicamente las maniobras.

Y ello aún cuando se les visitó para informarles con detalle de los ejercicios previstos pero también "para conocer de primera mano, por parte de ellos, si había algún impedimento, alguna interferencia, algún tipo de impacto desconocido del que no hubiéramos tenido conocimiento en el momento del planeamiento", ha precisado.

Porque "estamos siempre dispuestos a cambiar el planeamiento o a buscar lugares alternativos" en caso de que se demuestre que el ejercicio "puede causar algún tipo de daño que no conozcamos", ha apostillado.

El máximo responsable del Mando Naval ha descartado, no obstante, la posibilidad de que un episodio como el de 2002, que se saldó con un varamiento masivo de zifios que tuvo repercusión internacional y que llevó a que España prohibiera el uso de sonar antinsubmarino en Canarias, se repita con ocasión de la fase de estas maniobras programada en las islas, prevista del 13 al 19 de noviembre.

Días en que se desplazarán al archipiélago unos 1.200 de los 3.000 militares que, en total, participarán en el "Gruflex 2018" con el propósito de hacer prácticas de tiro y manejo de vehículos anfibios y terrestres en los campos de entrenamiento que poseen las Fuerzas Armadas en Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife, según se ha avanzado en la presentación de hoy.

En Fuerteventura, ha detallado Sobrino, "lo que se pretende hacer es el transporte de una fuerza anfibia desde un barco al polígono de Pájara", lo cual implica que "en las playas no se va a hacer ningún tipo de ejercicio ni adiestramiento, sino que simplemente es un sitio de tránsito desde la mar a la zona del ejercicio".