Como era previsible, el consejero de Sanidad del Gobierno canario, José Manuel Baltar, comenzó ayer su defensa de su presupuesto para 2019 recalcando que, por primera vez, supera los 3.000 millones de euros. Sin embargo, y tras reiterarlo tantas veces Rosa Dávila, los grupos de la oposición, incluso el PP, uno de los dos socios de CC, cuestionaron ese resalte de la cifra porque, en el fondo, no lo creen relevante, salvo desde la propaganda, y resulta irreal, ya que, en 2017, la partida global fue al final de 3.017 millones y que, en este 2018, aún sin cerrar, ya se han superado los 3.000 "y lo que queda".

Para el PSOE, Podemos y NC, lo verdaderamente importante es que el pese del área de Sanidad decrecerá en 2019 respecto al que tuvo este año, al pasar del 41 al 40% del global, lo que creen muy grave si, al mismo tiempo, se presume del presupuesto más social de la historia. Además, se considera que otra prueba de que en realidad la sanidad no es prioritaria para CC es que mientras que las cuentas generales suben un 6,8%, las del Servicio canario de Salud solo lo hacen en un 2,5%.

Baltar, por el contrario, recalcó que su gran objetivo sigue siendo reducir las listas de espera, subrayando en ese sentido los casi 17 millones más previstos para Atención Primaria y Especializada, lo que eleva la cifra a 62,5 millones, algo que sí fue reconocido por la mayoría. Asimismo, subrayó el esfuerzo por mantener los servicios, revitalizar la política de personal y mejorar los equipamientos.

Sobre el peso del área, indicó que su partida supone el 37,7% del gasto total y reconoció que eso no le hace estar "eufórico" y que siempre exigirá más a Hacienda.

Como ante Dávila, Román Rodríguez (NC) censuró que, de forma "irresponsable", el Gobierno rebaje la recaudación en 150 millones con la reducción fiscal, lo que perjudica a servicios públicos como sanidad, que queda "en un segundo plano". A su juicio, la subida es "raquítica" y pide más plazas públicas y que se explique cómo se sufragarán, censurando que Asier Antona (PP) diga que solventaría las listas de espera con 14 millones, "tras los 16 de Baltar".

Por Podemos, Juan Márquez no entiende cómo se reclama, "con razón", una financiación justa para las Islas si, cuando crece el presupuesto, Sanidad apenas lo hace en una tercera parte. En su opinión, se trata de una oportunidad histórica perdida, al tiempo que reclamó usar el superávit para mejores infraestructuras sanitarias,

Pese a su apoyo, Zacarías Hernández (PP) cree que el presupuesto es mejorable y se desvinculó de la gestión que haga el Gobierno.

Baltar trató de aportar perspectiva histórica reciente y recordó que, con el aumento para 2019, la subida presupuestaria en Sanidad es del 14%, lo que supone unos 370 millones más que en las cuentas regionales de 2016. Por eso, no comprende las fuertes críticas hechas ayer por el diputado socialista Marcos Hernández, sin duda el más duro con el consejero y con CC, recalcando que ese proyecto de 2016 apenas superaba los 2.600 millones en su área. Asimismo, insistió en que habría que analizar a fondo el desfase entre cuenta inicial y gasto real y final, al tiempo que le agradeció a Elena Luis (CC) que le reforzara en sus tesis sobre la oferta pública de empleo por las dificultades que representa pues aún no se ha cerrado la de 2007. Además, esto se ve dificultado por el Gobierno central y teme que no se puedan confirmar las mil contrataciones previstas.

En su contundente intervención, Hernández censuró el esfuerzo en "propaganda" de CC con las cuentas, coincidió con Podemos en que se trata de una oportunidad perdida para el área y criticó, sobre todo, que el gasto sea inferior a otros años. Por ese motivo, acusó a Baltar de cobarde por no decirlo ni enfrentarse al resto del Gobierno. En su opinión, la partida programada no permite afrontar los problemas sanitarios por estar infradotada y mal orientada.