Tres semanas después de aprobar su nuevo Estatuto y tres antes de que España celebre el 40 aniversario de la Constitución, el Parlamento canario acogió ayer una sesión plenaria especial y un acto previo de tributo a la Carta Magna española que más tiempo de prosperidad en paz ha propiciado al país. Con la asistencia de la presidenta del Congreso, Ana Pastor; de su homólogo del Senado, Pío García Escudero, con diversos representantes canarios en las Cortes y la mayoría de diputados regionales, la Cámara se vistió de gala en un evento con carga de solemnidad (cerrado con todos en pie al sonar los himnos de Canarias y España), pero que sirvió para que los intervinientes reivindicaran el papel jugado por Canarias en la España democrática como ejemplo de lealtad a las reglas de juego, de progreso y de desarrollo real y palpable del Estado autonómico.

Sin esconder las dificultades, así lo certificaron en sus discursos tanto Pastor, como García Escudero, el presidente regional, Fernando Clavijo, y la presidenta del Parlamento, Carolina Darias. Si bien con matices y distintos focos, todos concluyen que el avance cuantitativo y cualitativo que han vivido las Islas y el Estado resulta innegable tras la oscura y dictatorial etapa franquista, pero especialmente por haber puesto el peso principal en la búsqueda de consensos, minimizando los disensos y mirando hacia el futuro, tal y como se logra con el nuevo Estatuto isleño.

El que más insistió en esa dicotomía entre acuerdo y discrepancia rupturista fue Clavijo, quien considera que el Estatuto, pero, en general, lo aportado hasta ahora por Canarias a España debe servir de ejemplo, y más en esta etapa marcada, a su juicio, por la inestabilidad y la incertidumbre.

Darias, que fue muy felicitada por conmemorar la Constitución en tiempos en los que la cohesión territorial y la propia Carta Magna están en entredicho, leyó una declaración institucional resaltando el valor del consenso, el diálogo y la generosidad que la propiciaron. Un texto que giró el rumbo del país y que, a su juicio, deja un balance muy satisfactorio, sin que esto excluya la necesidad de adaptarla a las nuevas demandas sociales, y más en plena globalización.

García Escudero resaltó la relevancia del pacto autonómico como elemento "inseparable" del acuerdo constitucional. Según remarcó, "no fue fácil", pero el proyecto democrático "ha salido bien por la madurez de una sociedad con ansias de libertad que no quería naufragar ni en el miedo ni en la ira", evocando el himno de la Transición: "Libertad sin ira", la canción de Jarcha. A su juicio, Canarias representa un gran ejemplo de cómo profundizar en el autogobierno sin menoscabar la solidaridad con el resto y "sin entrar en conflicto con la idea de la españolidad" o "enorgullecerse de ser canario y español" a la vez.

Por su parte, y aludiendo a numerosos e insignes canarios por lo que le dieron en su día al país, como Pérez Galdós, Pastor presentó la Constitución como "gran legado" y "valioso ejemplo de patriotismo", por mucho que pueda seguir mejorándose. En su opinión, las Islas han sabido desarrollar los mecanismos legales en favor de una "personalidad colectiva" que, a su vez, ha mejorado España.

Antes de los discursos e himnos, los protagonistas se intercambiaron un ejemplar de la Constitución y una placa con el frente del Parlamento canario como reflejo de colaboración institucional, muy alejada de la de otras latitudes.