El sector primario debe buscar nuevos modelos de negocio que eviten el despoblamiento de las zonas rurales y generen economía y puestos de trabajo. Guiándose por esta filosofía, la ingeniera agrónoma Laura Santos ha propuesto una original fórmula que combina la actividad agraria con la turística: los parques frutales, pequeños recintos que funcionen como muestra de las especies de Canarias -adaptados a las variedades más presentes en cada una de las islas- y reclamo para los visitantes. Se trataría de auténticos "jardines botánicos comestibles" que, además, podrían dar lugar a la creación de centros de investigación.

En su trabajo de fin de máster en Valoración, Catastro y Sistemas de Información Territorial, impartido en la Universidad Miguel Hernández de Elche, Laura Santos sugiere que estos espacios pueden constituir una vía para estrechar los vínculos entre el sector primario y el turístico y aprovechar el recurso que suponen los millones de visitantes -cerca de 16 el pasado año- que recibe el Archipiélago.

"Es una oportunidad para que el sector primario se dé a conocer entre los turistas", señala la autora del trabajo. Esta orientación hacia la llamada "primera industria de Canarias" se encuentra en consonancia con los intentos de las administraciones por fortalecer el vínculo entre ambas actividades que, en el caso del Gobierno regional, se materializa en el proyecto "Crecer juntos".

La idea de Santos es que estos parques se ubiquen cerca de los accesos a los espacios naturales de las Islas -entre ellos los parques nacionales-, aprovechando algunas de las fincas abandonadas que pueden encontrarse en estos parajes. Así, los turistas podrían disfrutar de zumos naturales, degustar postres típicos, comprar cestas de frutas, conocer el cultivo de las especies frutales subtropicales que se dan en la región y entrar en contacto con las tradiciones canarias. Además de zonas de restauración, los parques contarían con un área tecnológica, consistente en un laboratorio de estudio e investigación.

Dado que la agricultura de cada isla tiene sus particularidades , estos recintos adoptarían distintas especialidades en función del territorio insular en que se sitúen. Así, la ingeniera agrónoma plantea para La Palma parques basados en el aguacate, una especie frutal que vive un auténtico auge en el Archipiélago y, en concreto, en la Isla Bonita. La piña tropical, los mangos o incluso el tomate son algunas de las alternativas que podrían considerarse para otras islas. "Se trata de buscar ideas. Son proyectos que podrían dejar bastante dinero en las zonas rurales", anima Laura Santos.

Entre las fórmulas que la ingeniera agrónoma aporta para crear economía en los ámbitos rurales y frenar el abandono de la agricultura figura, además de los parques frutales, la elaboración de nuevos productos con especies autóctonas, caso de la variedad canaria de la lavanda -"lavandula canariensis"-, con la que se podrían fabricar un aceite "único" y artículos aromáticos con salidas comerciales.

Con las herramientas que dan los sistemas de información geográfica, Santos pone cifras a la reducción que ha experimentado en los últimos años la superficie de cultivo de las Islas: más de un 50% como media y sobre el 80% en islas como La Gomera y Fuerteventura.