El fiscal superior de Canarias, Vicente Garrido, negó ayer, durante la presentación de la memoria de 2017, que haya recibido presiones en los 36 años de ejercicio de su actividad. En respuesta a una pregunta de Gustavo Matos (PSOE) y en plena polémica por el caso Grúas, recalcó que su institución trabaja con "independencia e imparcialidad", admitiendo que a veces se acierta y otras no, pero que, para esos casos, precisamente están los tribunales.

Garrido sí admite que existe una "explosión mediática" que afecta, pero defendió el trabajo "colegiado" en la Fiscalía. Además, insistió en que es normal un intercambio continuo de información y coordinación con la Fiscalía Superior y que no conviene levantar sospechas de mala actuación pues la sociedad "empieza a dudar". En esta línea, aludió a Las Teresitas, donde "la independencia fue total".