El pasado jueves se cumplieron dos años desde la elección de Santiago Sesé como presidente de la Cámara de Comercio de la provincia. El aniversario ha coincidido con la incertidumbre que han generado la demora y las controversias alrededor de los convenios de infraestructuras con el Estado. "Estamos molestos y preocupados", dice en esta entrevista, realizada en vísperas de la firma del acuerdo sobre carreteras.

Canarias ha disfrutado de unos años de crecimiento económico muy intenso, pero ya hay señales que apuntan a una cierta ralentización. ¿Está en peligro la recuperación?

Vemos una cierta desaceleración. Hay muchos factores, internos y externos, que influirán en lo que pueda venir. Entre los externos está el "brexit", que para Canarias puede tener unas repercusiones importantes. Puede afectar mucho la fluctuación que sufra el cambio de la libra y eso puede significar que los paquetes turísticos cuesten mucho más, lo que tendrá influencia en un sector que aporta más del 30% del PIB y para el que el británico es su mercado mayoritario. Es una incertidumbre, a la que hay que sumar que se están abriendo destinos como Turquía, Egipto o Túnez. Los indicadores económicos en Alemania no son buenos, Italia está en una situación muy compleja, con un gobierno populista que crea mucha preocupación... Por otro lado, la situación española tampoco genera mucha confianza. Todo lo que sea incertidumbre puede generar un riesgo. No pretendo ser alarmista, solo pido que se tenga información para tomar decisiones. Ahora disponemos de unas palancas potentes en las que podríamos trabajar, y estoy convencido de que se está haciendo. El presupuesto de la Comunidad Autónoma es el más alto de la historia. Tanto el Estatuto como el REF tienen una importancia muy potente para la economía. Es verdad que en la parte del REF económico ahora hace falta que salga un reglamento. Ya veremos también lo que puede ocurrir con los convenios con el Estado.

¿Volveremos a superar el 20% de paro?

Nuestras previsiones son que el crecimiento con el que se va a terminar el año estará en torno al 2,7% y que para 2019 rondará el 2%. Si se da esa cifra estaremos en una situación de estabilidad en el empleo, pero no de crecimiento. Pero insisto en que todo va a depender de cómo se vayan desarrollando todos esos factores de los que hablaba antes. Cuando llegue esa inversión de dinero del Gobierno central esperamos que se pueda paliar en buena medida esa disminución que tenemos en el sector turístico, y que en otros sectores genere efectos multiplicadores. De cualquier manera, la evolución de la tasa de paro no dependerá tanto de la ocupación, que se mantendrá, como de la incorporación de población activa.

¿La alta dependencia del turismo nos hace más frágiles?

Sí. La crisis ha hecho que dependamos más del sector servicios, cuando realmente intentábamos conseguir el efecto contrario, una diversificación. Tenemos que intentar esa diversificación, aunque somos muy conscientes de que no es fácil. La industria tiene aquí sus inconvenientes. Pero hay otros sectores, como el de la energía, en los que tenemos mucho camino por andar. Tenemos que pensar en la economía circular, la economía azul... Son nichos para poder crecer y diversificar.

¿Está preparada la construcción para cubrir el empleo que dejará de crear el turismo?

Puede darse un relevo, en parte, no en la totalidad, dependiendo también de lo que decrezca el sector turístico. En el turismo tenemos que seguir apostando por la calidad. Por ahora ha decrecido el número de visitantes, pero el gasto ha aumentado. Si somos capaces de tener un turismo al que le demos más servicios y mayor valor añadido y que gasta más, podríamos compensar el descenso en las llegadas. El turismo nacional ha aumentado, aunque no llega a compensar del todo. La construcción puede ser, en parte, el relevo del turismo. Sería magnífico contar con recursos públicos, por eso son tan importantes los acuerdos con el Estado. La construcción genera unas sinergias importantes con otros sectores. El sector está dando síntomas de que puede ser ese relevo. Ahora bien, la crisis ha supuesto un antes y un después. Vamos hacia una especialización y no todo el mundo que podía estar trabajando hace diez años puede integrarse ahora de la misma manera. Ahí está el papel de los certificados de profesionalidad. La clave está en la formación, y el reciclaje es importantísimo.

El comercio ha dado algún signo de debilitamiento.

El comercio es un sector potentísimo, sobre todo desde el punto de vista del empleo. En el tercer trimestre se ha producido una cierta ralentización, pero confiamos en que con las navidades se reactive. Tenemos que estar muy atentos. El comercio electrónico crece de forma exponencial. Hay que hacer un esfuerzo importante, integrador. El comercio tradicional se tiene que ir adaptando y aprovechar el electrónico como una oportunidad, no verlo como el enemigo. Tienen que ser complementarios. También es muy importante, ahora que empieza a haber recursos, invertir en las empresas, modernizarlas, si queremos que sean competitivas.

Ha hablado de la competencia desleal que supone el comercio electrónico para el tradicional.

Sí se produce, aunque no hay que confundirlo con la simplificación administrativa. No es de recibo que a los consumidores por debajo de 150 euros les cobren comisiones por transportes y gastos prácticamente inexistentes. Cosa distinta es lo que pasa con la medida que adoptó en su momento el Gobierno de eximir del IGIC las compras de menos de 150 euros. El comerciante tradicional no puede comprar unidad a unidad. Como el montante supera los 150 euros, sí tiene que abonar el IGIC. No parece razonable que a nuestro tejido productivo, a las empresas que crean empleo y arriesgan su patrimonio, el mismo producto les cueste más caro que a una gran empresa que vende a un consumidor al detalle. Ahí se produce una competencia desleal. Lo hemos hablado con la Consejería de Hacienda. Espero que en breve esto se pueda corregir.

¿Comparten el malestar por los retrasos y vaivenes que han sufrido los convenios con el Estado, en especial el de carreteras?

Estamos preocupados y molestos. Esa inyección de dinero público podría amortiguar la desaceleración. A eso hay que sumarle nuestro problema de movilidad, que está produciendo un problema de competitividad y también un problema social. La actuación que está adoptando el Gobierno central es alarmante. Se lo hemos dicho a los representantes en Canarias del PSOE. En noviembre nos dijeron que las dificultades eran técnicas, pero que se iban a solventar, y que no tuviéramos ninguna duda de que los convenios se iban a firmar. Cuando pregunté por la fecha, respondieron que a finales de ese mes. Finalmente se firma a finales de diciembre, pero no por la totalidad del importe previsto. No nos parece razonable que se haya hecho en el último momento esa interpretación de las sentencias del Tribunal Supremo que reconocían la deuda con Canarias. Tampoco ha habido comunicación, no se dicen las cosas con claridad. Las formas también son importantes. Da la sensación, aunque no sabemos si es así, de que la presión de Cataluña y los partidos independentistas sostienen al Gobierno ha tenido alguna influencia. De hecho, a Canarias se le quita una cantidad muy similar a la que se le da a Cataluña, también para una serie de inversiones en infraestructuras. No nos merecemos esto. Canarias ha hecho los deberes y ha sido leal en todos los sentidos, y parece que nos castiga por portarnos bien y que se intenta contentar a los "revoltosos".

¿Cree que el Gobierno de Canarias, si finalmente se firman esos convenios, está preparado para desarrollar los proyectos, para licitar las obras y que se ejecuten?

Todo depende de que se marquen plazos razonables. Pero evidentemente tenemos esa preocupación, porque hay antecedentes de que no estaban los proyectos terminados. Hay una responsabilidad por parte de las administraciones de dejar previsto, para cuando haya recursos suficientes, que se puedan ejecutar con carácter casi inmediato. Espero que se hayan solventado los errores del pasado y que esté todo preparado. Pero hay que buscar el equilibrio. Lo que está sucediendo con el dinero para pobreza no ejecutado por los ayuntamientos no nos parece justo ni proporcionado. Hay ayuntamientos que sí han cumplido aunque tenían muy poco plazo, y ahora no se firman los nuevos 30 millones. Pediría más sensibilidad al Gobierno central.

¿Es compatible el proyecto que ha anunciado AENA para el aeropuerto Tenerife Sur con la ejecución de una nueva terminal?

El aeropuerto del Sur es absolutamente estratégico para Tenerife. Más del 90% de los pasajeros son turistas extranjeros. Desde los hoteles damos la salida a los clientes a las doce del mediodía y hay vuelos que salen a las 19, a las 21, a medianoche o las 2:30. Son en muchos casos familias, con niños pequeños, y tienen que pasar muchas horas en el aeropuerto, que tiene que ser una instalación muy competitiva. No hace falta ser ingeniero para llegar allí un viernes, en el momento de máxima afluencia, y encontrarnos con los pasajeros sentados encima de las maletas. Se ha quedado pequeño. AENA no da toda la información que debería. Se hicieron unas instalaciones que no llegaron a entrar en funcionamiento. Ahora, con una inversión de aproximadamente 54 millones, se pretende unir ambos edificios. En principio no nos parece mal, pero siempre que no perdamos la perspectiva de que lo que necesita el aeropuerto es una renovación absolutamente integral.

¿AENA ha perdido esa perspectiva?

No tenemos claro que la tenga. Puede ocurrir que los recursos que se usen, esos 54 millones, se queden paralizados ahí. El Cabildo, con buen criterio, ha dicho que necesita toda la información y ha buscado un estudio de arquitectos, con la idea de trabajar conjuntamente. Todo ello desde la perspectiva de que hay un DORA (documento de regulación aeroportuaria), el plan de inversiones de AENA hasta 2021. Nosotros queríamos que ese dinero fuera un anticipo para poder tener más recursos en el segundo DORA. Ha habido una ruptura. Esto lo venía liderando el Cabildo y, sin dar información, AENA ha decidido sacar a licitación lo que ha considerado, pero no tenemos la garantía de que vaya a haber una renovación integral. Si hacemos una cubierta que después tropieza con la renovación y crecimiento posteriores, ponemos en riesgo la reforma integral. Esa es la discusión.

¿La subida del salario mínimo puede provocar tantos quebrantos como se pronostica?

Esos 900 euros me parecen una cantidad digna, la mínima que debe percibir un trabajador, pero me preocupa el impacto que pueda tener la medida en pymes y autónomos. No sé si el Gobierno lo ha estudiado. Si va a conseguir que se pierdan puestos de trabajo, en realidad nos estaremos haciendo un roto. Por otro lado, se había alcanzado un consenso para hacer esa subida en tres años, y no es bueno romper los consensos.

La Cámara lleva años reclamando un conjunto de medidas estructurales. ¿Sienten que se les hace caso?

Poco. La reforma administrativa es fundamental. No se ha sabido o no se ha querido resolver este problema, que no es solo local, sino que también afecta a la administración central. Tenemos que facilitar muchísimo la inversión. Cuando un privado quiere hacer inversiones importantes son muchas las dificultades que se le ponen, y llega un momento en que lo aburren. Está ocurriendo tanto con los empresarios de aquí como con los que vienen de fuera. Está muy bien cantar las excelencias que tiene Canarias, con el REF y la ZEC, e ilusionar a los inversores, pero cuando plantean sus proyectos solo hallan inconvenientes y acaban buscando otros destinos para invertir. No somos el ombligo del mundo. Hay muchos sitios alternativos, con unas condiciones también magníficas. Eso no lo tenemos debidamente asumido.

La Ley de Cámaras está en el Parlamento. ¿Recoge sus principales reivindicaciones?

La ley lleva cuatro años de retraso. Son muchos. Es el marco que tiene que darnos la estabilidad para saber en qué condiciones las cámaras tienen su financiación, fundamentalmente, pero también sus funciones. Hemos procurado, en las alegaciones que hemos presentado, que esas funciones sean lo más amplias posibles. Lo que hoy puede no ser una necesidad pasado mañana sí lo es. Nos hemos centrado mucho también en la financiación. Si queremos dar unos servicios públicos también tiene que haber unos recursos públicos. Nos hemos encontrado un proyecto de ley muy mejorable. Es cierto que este gobierno ha tenido la valentía de plantear la ley y sacarla adelante. Lo que hemos hecho es tratar de mejorarla en el Parlamento. Los grupos parlamentarios han sido sensibles. Seguimos en ello. Somos optimistas y creemos que va a salir antes de que termine la legislatura, pero al mismo tiempo estamos con cierta preocupación, porque hay un atasco de leyes en el Parlamento. Sería fatal para la viabilidad de las Cámaras que no saliera. Para los pequeños empresarios y los emprendedores la Cámara es su punto de referencia. Los asesoramos y los acompañamos. Los servicios que están dando las cámaras están contribuyendo mucho a la recuperación del país.

El aumento demográfico exige "planificación"

El presidente de la Cámara de Comercio advierte de que el "problema demográfico" obliga a planificar a largo plazo, una tarea que, en su opinión, no se ha acometido de forma seria. Con esto se refiere Santiago Sesé tanto al incremento de la población que han experimentado algunas islas -Tenerife ha ganado 200.000 habitantes en 15 años, por ejemplo- como al descenso o al estancamiento de otras, caso de las más occidentales. "Toca hacer una planificación. Son asuntos que no pueden ser pensados para cuatro o siete años. Tenemos que ser largoplacistas", expone, para agregar: "No nos estamos centrando en la verdadera importancia que tienen los problemas". Esta reflexión debe encaminarse, añade, a "definir Canarias cara al futuro" en aspectos como las infraestructuras y la dotación de servicios públicos, como la sanidad o la educación.

El puerto de Fonsalía, clave para la provincia

Una infraestructura en particular le parece a Sesé "importantísima": el puerto de Fonsalía. A su juicio, la ejecución de este proyecto podría resolver problemas provinciales y no solo insulares. "La Administración autonómica y la central tienen que sentarse y hablar", afirma. El puerto de Fonsalía puede propiciar el "relevo" del de Los Cristianos -que se encuentra "colapsado"-, de forma que la rada en que este se ubica -con una playa "magnífica que seguramente es una de las mejores de la Isla"- pueda aprovecharse "para tener un puerto deportivo o alguna entrada de barcos intermedios". El nuevo puerto, por su parte, daría "cobertura a toda la provincia" y ayudaría a un mayor equilibrio económico entre islas.