Contar con un sector exportador "sofisticado" y especializado, basado en productos cada vez más complejos y que "pocas economías puedan producir", puede ser una clave para mejorar la calidad y la estabilidad del empleo. Esta es la hipótesis que defienden dos investigadores del servicio de estudios de CaixaBank (CaixaBank Research) en un estudio publicado por Funcas del que se desprende que Canarias es una de las comunidades autónomas con menor "complejidad" de sus exportaciones, pero también la que más ha progresado en el periodo comprendido entre 1995 y 2017.

El estudio forma parte del último número de "Papeles de economía española", la publicación de la fundación de las antiguas cajas de ahorros, dedicada en esta ocasión a analizar la situación del sector exterior, tanto nacional como autonómico, durante la recuperación de la crisis económica.

"La base del crecimiento económico reside en la capacidad de producir mayor variedad de bienes y, a la vez, productos cada vez más complejos que pocas economías puedan producir", apuntan los investigadores. El sector exterior del Archipiélago no se ajusta demasiado a esa descripción, puesto que obtiene un índice de complejidad de las exportaciones -con el que se mide este aspecto- de 42,1 para el periodo 2011-2017, casi ocho puntos por debajo de la media española (50) e inferior en más de 15 al de la región mejor situado, Castilla y León (57,3).

Pese a ello, el caso de Canarias es mencionado "en positivo" en el estudio, al haber experimentado el mayor avance de todas las comunidades autónomas, algo más de diez puntos desde mediados de la década de los 90.

La investigación incluye una aproximación a los productos en los que cada región sustenta su complejidad exportadora. En el caso de las Islas son, en primer lugar, los combustibles y aceites minerales, seguidos por las máquinas y aparatos mecánicos, la perfumería, las piedras y metales preciosos, joyería y bisutería y, finalmente, los vehículos.

En consonancia con su bajo índice de complejidad, Canarias ocupa una de las tasas de temporalidad laboral más elevadas, la cuarta del país tras Andalucía, Murcia y Extremadura.

La crisis financiera que arrancó en 2007 supuso un "desplome" de la inversión extranjera directa en España, especialmente en algunas comunidades autónomas. Canarias se encuentra en el grupo de regiones donde se produjo una caída, frente a otras que consiguieron incluso mejorar sus registros durante la gran recesión, según otro de los estudios publicados en el último número de "Papeles de Economía Española" -una publicación de Funcas-, firmado por investigadores de las universidades de Granada y Valencia.

Algunos territorios experimentaron incrementos sustanciales de la inversión foránea directa en relación al producto interior bruto al comparar los periodos 2001-2007 y 2008-2014. Es el caso de Baleares, Extremadura y Castilla-La Mancha, donde se produjeron variaciones positivas superiores al 40%.

Las siguen Cantabria, Andalucía y Madrid, que presentaron aumentos de entre el 20% y el 40%, y Navarra, País Vasco, La Rioja y Cataluña, con alzas inferiores al 20%.

El resto de las autonomías registró disminuciones de su volumen de inversión extranjera. Las caídas menos significativos correspondieron a Aragón y Castilla y León -con descensos de hasta el 20%-, Asturias y Canarias -que disminuyeron sus índices entre un 20% y un 40%- y, finalmente, Galicia, Murcia y la Comunidad Valenciana, donde el desplome superó el 40%.

las claves

Temporalidad. El estudio concluye que una mayor complejidad del sector exterior redunda en una mayor calidad y estabilidad en el empleo, según un estudio publicado por Funcas.

Productos. Los productos en los que Canarias basa su complejidad exportadora son, sobre todo, los combustibles y aceites y las máquinas y aparatos mecánicos.