Aparte de por la primera censura que triunfa en el Congreso (con el plus de ser apoyada por partidos secesionistas, que más bien querían echar a Rajoy y el PP), al PSOE se le reprocha gobernar ahora España pese a no ganar las elecciones y hacerlo con una gran minoría de 84 diputados, surgidos de un escuálido 22% de apoyo. Sin embargo, hay gobiernos regionales con menos respaldo que ese y el mejor ejemplo es el canario.

CC cumplió el pasado lunes, víspera de Navidad, dos años gestionando en solitario. No es muy novedoso en su trayectoria (gobierna las Islas desde 1993 como Coalición, pero, en realidad, desde 1987 en sus fórmulas previas de ATI, API, AHI, AM...), aunque nunca antes lo había hecho con solo 18 escaños, con apenas el 18% del voto y con islas sin representación (como La Gomera).

No obstante, esa soledad, dificultad o situación atípica es, en el fondo, solo aparente. Se trata del signo de los tiempos, ya que las mayorías absolutas (quizás con la excepción de Galicia y ciertos ayuntamientos) parecen ya utópicas en gran parte de Europa y, desde mayo, los tripartitos saldrán como setas si se busca cierta estabilidad. Sin embargo, lo que en Canarias podría parecer una proeza de los nacionalistas tiene doble lectura, cartas marcadas o más garantías de las que podría presumirse de entrada.

Y es que a los 18 diputados de CC siempre se han sumado (con la excepción del gas, la extracción de áridos de Güímar u otras cuestiones menores) los 3 de la Agrupación Socialista Gomera (ASG). Cierto es que, como clama continuamente Casimiro Curbelo, su apuesta por la colaboración se dio desde el comienzo del mandato, cuando cogobernaba CC junto al PSOE. Pero su cercanía a Fernando Clavijo y su empeño en extender su fórmula a Tenerife, con ASTF, ha hecho que el PSOE le cercene el término "socialista", le censure su supuesto insularismo insolidario y le conciba como sucursal de CC en la Isla Colombina, aunque con grandes réditos dinerarios.

Por tanto, de 18 se pasa a 21 y, además, los 12 diputados del PP también han hecho muy llevaderos estos dos años a CC. Vale que discrepan con la reforma electoral (que rechazan los nacionalistas y ASG). Vale también que reprobaron (por primera vez en la historia) a una consejera (la del área social) y que Asier Antona, Australia Navarro y los otros diputados conservadores no paran de hablar de ciclo y proyecto acabado, de cambio de rumbo desde mayo y de fracaso estrepitoso en política social, paro, pobreza y dependencia.

Sin embargo, y salvo algunas votaciones muy concretas, le han permitido a Clavijo tener presupuesto regional en 2018 y 2019, la principal ley en cada año, si bien vendiéndolo por la rebaja de impuestos o por corregir ciertas sendas económicas y de gasto.

Asimismo, y junto a ASG, respaldaron con entusiasmo la, hasta ahora, principal aportación normativa de la legislatura: la ley del suelo. Aunque la izquierda (disquisiciones sobre ASG aparte) lleva tiempo advirtiendo de que pocos avances ha propiciado este nuevo texto para paliar la madeja legal que, según el Gobierno, frenaba o ahuyentaba la inversión, con una perpetua judicialización y años para desbloquear planes y proyectos, el PP, como CC, cree que aún es pronto y que la ley dará sus frutos, pues se aprobó hace solo un año y medio (21 de junio de 2017) y tendrá una vigencia de unos dos decenios.

En el análisis de los datos sociales, Antona se ufana mucho de que, frente al PSOE de 2011 a diciembre de 2016, su partido no ha cogobernado y, además, porque no ha querido. De hecho, durante los meses de crisis del pacto y desde enero a julio de 2017 muchos dieron por hecho que entraría en el Gobierno y, sin embargo y como sostenían otros (pues en su partido no eran pocos los que preferían pactar con el PSOE y otros para desbancar a CC), se ha mantenido en la oposición.

Eso sí, la sensación general es que existe un pacto mutuo (subterráneo) de no agresión, reforzado tras la censura, y que, en lo esencial, comparten casi todo. De hecho, el PSOE, Podemos y NC hablan continuamente de "tripartito" de derechas, para mayor enojo de ASG, y la reciente modificación de la ley de RTVC lo ha vuelto a ratificar.

Antona se ha atrevido, sin embargo, a deslizar la posibilidad de pactar con el PSOE tras el 26 de mayo (no con los "extremos"), pero su insinuación no ha gustado nada a la dirección actual de su partido en Madrid, entre otras cosas porque se comparte con Soria que la mejor opción sigue siendo CC. Mientras, la polémica de los convenios ha mostrado a una Ana Oramas tan crítica con el PSOE y lo de Cataluña que fue ovacionada por Cs el jueves, con lo que a CC se le puede abrir más vías para seguir gobernando, en minoría o con "tripartitos" ampliados.