DEBE SER eso, que estoy algo anticuada, que la nueva generación viene a plantearnos un Carnaval mejor y yo no lo he entendido. Sin duda, la nueva generación que hay en los grupos prefiere actuar pocas veces y poco tiempo (eso sí, quejarse una murga en una letra de las pocas actuaciones que tiene, da resultado a la hora de arrancar aplausos). Si hay que actuar en la plaza del Príncipe, Europa, Candelaria o Concepción, lo mejor es quedar tod@s a pie de escenario y cuando acabemos que cada uno coja el rumbo que quiera, porque lo de aparecer y desaparecer desfilando, en agrupaciones y comparsas no se usa, y en murgas cada vez menos, igual que lo de cantar en las esquinas... uufff ¡Qué frío! ¿no? ¿Atravesar gente que aunque toques los platillos en la oreja no abre paso al grupo que sea? Mejor dejarlo. Si al final se deciden a desfilar 50 metros ¿Para qué ponerse el tocado o el disfraz completo? Total, si para actuar se lo quitan, bien porque las comparsas y agrupaciones no caben en los escenarios y sus accesos o, en el caso de las murgas, porque la lana y la gomaespuma pesan una barbaridad. Aquella gente que se cruce en su camino debió haber ido a los concursos sólo cuando posaban ante el jurado de presentación para poder ver la fantasía al 100%. Lo de los horarios tampoco tiene importancia hoy en día, así que no se sorprendan si corren hasta algún punto a ver a su grupo favorito, previamente anunciado por la prensa o en un folleto que no sé quien los reparte, y se encuentran con que ya cantaron tres horas antes o cantarán tres horas después de lo anunciado, o quizás ni aparezcan porque tienen otro compromiso. Ellos van a actuar cuando pueden, les cuadre y a veces si consiguen reunir un 25% de los componentes. Las rondallas de hoy no son nuevas, llevan casi 100 años la más vieja, pero desde luego sus rutinas sí, porque este año han concursado antes de la Cabalgata Anunciadora y, aún así, prefieren no desfilar en ella. Aunque vemos hacerlo a los grupos de la 3ª edad, debe ser que los rondalleros están hechos de otra pasta acorde al siglo XXI y no pueden ir cantando como lo hace alguna murga o con "playback", en carroza, como vimos a La Zarzuela. Si quieren ver rondallas además de en su concurso, tienen que ser socios del Club Náutico, el Círculo de Amistad o el Casino, si no sólo te queda coger un buen lugar entre el público el Martes del Coso. En este siglo el festival de agrupaciones coreográficas del Carnaval se ha convertido en la fiesta de fin de curso de cualquier colegio. Mucho vestuario colorido y bonito, pero no carnavalero, realizando coreografías ensayadas en clases extraescolares o en la academia de baile de moda. A pesar de que se agradece su aportación a esta modalidad casi desaparecida ¡Cuánto se echan de menos aquellas coreografías coordinadas con la música y los disfraces de Bohemios y Sentir Canario, entre otras! Mención aparte merecen los bares y kioskos del carnaval, ya que ignorando lo establecido en el contrato la nueva generación de "empresarios" no entiende que tiene que bajar el volumen si debajo del escenario hay más gente que en su propia barra. Como sucede en la calle de La Noria, los grupos aquí también están primero. En el nuevo Carnaval de la calle apuestan por hacer una macrodiscoteca al aire libre con 350 ambientes diferentes, entre el house, tecno, hardcore, funk, soul, música disco, dj session y la fórmula máxima...Como muy latino, algo de Don Omar y reggaeton. Bienvenidos al Nuevo Carnaval