Juan Francisco Díaz Castillo, nacido en el barrio chicharrero de El Toscal en 1963, comenzó en murgas en 1972, cuando salió con otros 18 niños vestidos con unos ponchos y unos gorros mexicanos. Al año siguiente, en 1973, se fundó la Ni Pico-Ni Corto, gracias a Domingo Ortega, Aroca y Manolete, si bien el recordado Abelardo se incorporaría a la murga en 1975.

"Ensayábamos en el Frente de Juventudes hasta que Domingo Ortega nos ofreció ensayar en la azotea de la casa. Allí estuvimos hasta 1978, que fue cuando cogimos la casa en San Martín. Fue el año de la fundación de Ni Pico-Ni Corto y de Ni Corto-Ni Pico. Es la misma sede que ocupa en la actualidad La Traviata".

Desde 1973 hasta 1990 Ni Pico salió a la calle, hasta la muerte de don Abelardo quien, estando enfermo, animó al propio Juan a continuar militando en grupos críticos, y se incorporó en Chinchosos, en 1991, año de la canción de El Paro. Y militó ahí hasta 1993.

Tras este paréntesis, Juan Díaz recuerda la idea de Basilio Peraza y Lorenzo Marichal de sacar de nuevo a Ni Pico-Ni Corto en el Carnaval de 1994, hasta el 2000, cuando admite que no le gusta la filosofía de la murga y se vuelve a Chinchosos, de la mano de Alexis Hernández. Ahí permaneció en 2001 y 2002.

Ya en 2003 Lorenzo Marichal le planteó sacar La Traviata, y secundó la idea. Al segundo año se incorporó como letrista José Antonio González "El Flaco", y hasta la fecha. "En La Traviata he pasado los mejores años de murgas. También lo pasé bien en Ni Pico, hasta que murió mi padre, porque luego se cambió la filosofía".

Juan Díaz recuerda su inicio en 1991 en las murgas infantiles. Fue con Chinchositos, que no tenía nadie que les montara las voces. "Fue la primera murga infantil que introdujo las voces en el Carnaval y nos llevamos un primer premio". Luego colaboraría en Pita-Pitos, regresó a Chinchositos, y luego, a Rebeldes.

"Alexis Hernández siempre estuvo a mi lado en las letras en esa fecha y conseguimos que, después de 19 años, se llevaran un tercer premio de Interpretación". Volvió a Chinchositos "y en 20 días montamos la canción de "Leonor", que la hizo "El Flaco", y ganamos el segundo premio. Luego Castorcitos, donde consiguió segundo de disfraz y de interpretación, también con letras de José Antonio González. "De las murgas infantiles me quedo con Chinchositos, porque fue donde nací yo y nació mi hija, hasta que luego pasa a Ni Picas-Ni Cortas, junto a mi mujer, Loly y un grupo de chicas".

Satisfecho de Ni Picas

"Ni Picas-Ni Cortas es el trabajo del que me siento más satisfecho. Tuvo accésits de Interpretación y un Criticón", recuerda. Juan Díaz es la misma historia de Ni Picas, desde su fundación, en el año 1992, y la década en que participó. "En su estreno lograron pasar a la final y el premio Criticón". Juan Díaz descarta por ahora el regreso de Ni Picas. Este histórico murguero vive un momento único. "Estoy superorgulloso porque mi hija está embarazada y voy a ser abuelo".

En cuanto a estilo de letristas, Juan Díaz ha trabajado con Alexis Hernández y José Antonio González, antítesis en planteamientos murgueros. "Con Alexis es más difícil trabajar, porque es más duro, pero es un monstruo, sobre todo con Ni Picas. Le cogió el tranquillo, igual que a Ni Pico. La Ni Pico despegó gracias a Alexis Hernández, y la Ni Pico perdió cuando él se fue. Alexis Hernández es de los letristas más grandes que tiene el Carnaval, junto José Antonio González, Víctor Asensio, con Javier Nóbrega, de Bambones, y muchos más..."

Juan Díaz destaca de José Antonio González "la educación, el saber estar". "He aprendido a cantar letras con El Flaco que nunca imaginé que iba a cantar, pues estaba acostumbrado a las historias. Con José Antonio González he aprendido que los montajes musicales son difíciles pero él lo hace fácil, y se ha ganado a la murga". "Cuando El Flaco diga se acabó, La Traviata se acabó, por lo menos yo. Y tengo a mi hermano Basilio, mi mano derecha". A esto suma la participación de su sobrino Josechu Álvarez, el director artístico del grupo, que "ha sido el mejor regalo que me hizo Ni Pico". En un examen de conciencia murguera, Juan admite que La Traviata ha cantado canciones que parece que necesitan un diccionario delante para entenderlas. Lo que premia y gusta a la gente es que le des cosas masticadas. La clave está este año en Trapaseros, que me sorprendieron y me gustaron. Este año ha ganado la crítica".

El estadio tocó techo

Respecto al concurso, Juan Díaz cree que este año ha habido un nivel bajo, y la final pudo ser la final más baja de los últimos años. O nos espabilamos, y volvemos a enganchar al público, o podemos llegar a cansar". "El estadio tocó techo este año", dice. "La comisión de fiestas se tiene que replantear volver al recinto ferial, aunque solo entren ocho mil personas. Es el mejor sitio que tenemos ahora mismo", explica.

Sobre la participación de las murgas del Norte en Santa Cruz, el presidente de La Traviata dice que "sería una injusticia que no sigan viviendo al Carnaval de Santa Cruz, en cualquier caso es una decisión del concejal de Fiestas". "Intentaremos evolucionar, pero eso no pasa por una fusión entre Ni Pico y La Traviata, como se ha hablado. Cada uno tenemos nuestra filosofía, y no perdería la murga que tengo porque me dan un local y el nombre", explica. "La Traviata lleva ya ocho años y nos hemos quedado dos sin pasar a la final; tenemos un primer premio de disfraz, un segundo y un tercero de Interpretación. Y este año no cuadró. Quería retirarme esta edición, pero lo único que he hecho es tener más ganas para seguir, máxime porque estoy orgullo de estar en una murga que es una gran familia. Lo más importante no son los premios, sino el nombre de la murga y ya estamos preparando el próximo Carnaval".