Más temprano de lo normal, en pleno enero, pero no aguantábamos: ¡queremos murgas! Comenzó el concurso más esperado de nuestro carnaval, una primera fase que ha dejado muy alto el nivel.

Desde Los Realejos llegó el segundo premio de interpretación del año pasado, Los Trapaseros. Lejos del nivel ofrecido entonces, su primer tema, muy por debajo de lo esperado, fue un culebrón difícil de seguir. El segundo llevó a un gran musical que dejó con la boca abierta al respetable. La letra quizás perjudicada con tanta parafernalia delante. Musicalmente, fabulosos.

En segundo lugar, Desbocados, con Carlos Casanova como director y letrista. Interpretaron un primer tema basado en su disfraz de futbolín, con la letra muy bien hilada aunque poco inteligibles. En el segundo se transformaron en inspectores, entrando a los ministerios y dando palos a troche y moche. Han mejorado mucho.

La grata sorpresa fue Zeta Zetas. Con voces exquisitas, buena dicción y dos letras de alto nivel. A un tema lúgubre como el del enterrador le sacaron provecho y luego fueron unos caníbales que combinaban crítica y humor, acompañados de una buena puesta en escena. Una sorpresa agradable.

Primera murga femenina en acción. No son demasiadas, son Ni muchas Ni pocas, que de la mano del maestro Víctor Asensio han dado un salto de calidad en letra y musicalidad. Muy afinadas.

Desde Duggi resurgió un cantar. Los Que Son Son, a su estilo, incluso se atrevieron con el humor. Música particular de la mano de Acaymo, que ha dejado su sello. Un jugador de golf defiende el deporte canario y llegan luego a una máquina expendedora de donde sacan de todo. Muy críticos.

Una murga infantil que se hace mayor a base de palabras fuera de tono: Desinquiet@s. Siguen siendo niños, así suenan, y para hacerse un hueco entre las grandes deben darse cuenta de que no se puede cantar de cualquier manera. Un psicólogo que defiende al gay dio paso a una segunda canción, donde sacan una bici sin sillín (¿donde habré visto yo esto?), y se ríen de ellos. Aclárense.

Sorprendidos dejó a todos Guachipanduzy, únicos e inigualables, siempre llevando la contraria. Empezaron en calzoncillos y acabaron disfrazados; geniales... Un primer tema muy guachi, dando por todos lados, y un segundo entre los mejores de la noche, monumentos vivientes callados hace tiempo que tenían mucho que decir. Espectaculares.

Para terminar, un plato fuerte. Saben animar y eso hicieron casi a las dos de la mañana. Llegaron Diablos Locos... Musicalmente espectaculares, como nunca, y con una letra exquisita. Presentaron varias clases de bancos donde poner tanto dinero como ilusiones; muy buenos. En cambio, el segundo tema, "Una canción para cada situación", tal vez porque la base era siempre la misma o las melodías utilizadas fueron demasiado evidentes, me pareció menos original (ahora dirán: ¡pues hazlo tú!), pero muy por encima del repertorio del año pasado; sin duda, una candidata.

Esperemos que no baje el nivel y que siga la fiesta...