Santa Cruz de La Palma quiere unos indianos de "verdad". De los que un día, sin razón, se perdieron. Decían que con tanta gente ya era imposible, que había que olvidar el pasado y mirar la evolución de la fiesta, que antaño era un acto de pueblo pequeño... ¡disculpas! En 2014 habrá desfile. Desde la plaza de la Constitución hasta la Alameda. Sí, la que se avecina no es pequeña.

Durante los últimos años, el festejo ha sido apenas un mogollón sin ningún orden. Poco elegante. Sin apenas gusto. Como agarrar a 40.000 o 50.000 personas vestidas de blanco y lanzarlas a la ciudad desde lo alto. Cada uno a lo "suyo". Eso lo hace cualquiera. Eso no son los indianos. Al menos nunca fueron los genuinos. Es cierto que no será sencillo volver a convencer a miles de "fieles" para que se pongan en fila a partir del inicio de la calle Real, pero había que intentarlo. Era una obligación con la esencia y la guasa de la fiesta. Los que no recuerdan o nunca vivieron aquellos desfiles de empujón con el vaso a medio llenar, mientras una guitarra sonaba cerca, aún no conocen el gozo real de los que llegaron de Cuba.

La concejal de Fiestas, Marta Poggio, ha tenido una idea para dirigir la marcha: meter a la Negra Tomasa delante, abriendo el desfile. Si le sale bien, la habrá "armado". De lo contrario, ni "Sosó" la perdonará. Es más, se la "come". Es un riesgo que hay que asumir por la vieja escuela. Junto a la "amiga" de Fidel Castro estará la Fanfarria Cubana Batarama de Santa Cruz de La Palma. Será a las cinco de la tarde del próximo lunes, día 3 de marzo. El que quiera saber lo que realmente es ser indiano debe ponerse detrás e ir subiendo despacio hasta la Alameda. El que tenga prisas, mejor no vaya.

Poggio reconoció que no era posible que otros grupos de música cubana acompañaran a la Negra Tomasa en el inicio del acto, simplemente para arroparla y llenar de ritmo la partida al menos hasta la plaza de España. Pero no. Es lo que tiene ser "artista". Sin tarima algunos no tocan porque hay polvos. El ayuntamiento debería revisar seriamente las subvenciones y ayudas que entrega cada año... Quizás así las tarimas ya no serían tan obligadas y se podría cantar a ras de suelo. Al menos, la concejal, que parece dispuesta, empeñada, en recuperar la sustancia de la fiesta, otra cosa es cómo le salga, asumió el compromiso de que este año a la hora de salida del desfile no habrá música en vivo en otros puntos de la ciudad para que todos los indianos se concentren en la calle Real. Y allí, solo allí, deben estar todos.