La murga de Javier Lemus apostó por un repertorio muy visual, con un montaje musical que trajo al recuerdo en más de una oportunidad las selecciones de Bambones, solo la parte musical.

Lo mejor de Zeta-Zetas, Brito, con su recreación de ama de casa para anunciar el primer tema, "Fefa y Aída: hay ropa tendida". Los componentes aparecieron así, en ropa tendida, pero acartonados, con escasa movilidad, a modo de recortables de los años ochenta, como el tipo que lució la Familia Monster en la canción de la risa en 2015. El hilo conductor, bueno. El impacto visual, atractivo los primeros dos minutos. Aludieron a que no hay que valorar a la gente por la forma de vestir, que la corbata no es mejor que un uniforme, y algún clásico como aquellos que van al baile de magos como machangos. Algunos toques previsibles. Momento culmen, el levantaplazas en honor de las madres en el que Zeta Zetas pidió igualdad salarial entre hombres y mujeres. Entre la parodia, componentes de Tras Con Tras, como su directora, Melca Barrera.

Siguieron con "Hackers". Echaron mano de un neón para ir iluminando los iconos de un ordenador para cantar a Bolorino; intentaron hackear la clasificación para que descendiera Las Palmas, criticaron la falta de local de Marchilongas... El tema bajó de intensidad con casi medio minuto de la solista de rondalla Sislenia, mientras la confusión se adueñó en ese momento con referencias a las elecciones y la crisis financiera.

Zeta Zeta entra por los ojos, con un efecto visual original en su primer y segundo tema, pero no por los oídos. Las voces temblaron, como su vocalización. Se esperaba mucho más, pero se bajaron alimentando el espectáculo con una actuación de cartón. Faltaban seis.