Segundos en actuar. La baraja estaba abierta, pero La Traviata se salió, con una actuación pletórica, en voces y con calidad en sus letras, con algunos altos y bajos en la intensidad, pero enamoran.

Pasacalle y sintonía de Carnaval para dar paso a su primer tema. Quizás le faltó un poco de magia musical al arranque, pero la letra, una joya de Carlos Casanova. Con el hilo conductor de "La zapatería", sacó punta a la jerga del oficio. Así, fueron sacando diferentes modelos, y a todos le pusieron letra: zuecos, para hacer referencia a los médicos; las alpargatas del campesino, la esclava doña Economía o la bota alta en referencia a aquel político que pisotea. Sacaron una caja de popularidad, de zapatos de carnaval, para repasar la gestión de los concejales de Fiestas, para acabar, tras una mención a Rajoy, con "La Cenicienta" dedicada a Santa Cruz. Llenos de magia, con una puesta de escena excelente.

Siguieron con "Traviata directo". Un tema más sencillo que no conectó hasta el final. Fueron a Presidencia, donde aparece Patricia Hernández, y no Clavijo, con un perro; allí vive. El tema baja en intensidad para volver a subir en la lotería de las elecciones. Salvaron ahí el tema y volvieron arriba con la descripción en el escenario, identificado al playmobil con Juan Viñas o hablando del cubo Rubik y la hipocresía del político. Concluyen con una escultura de Pedro Gómez Cuenca, para denunciar la dejadez del ayuntamiento. La primera parte del tema quedó en el olvido y reventó al final.